Un fenómeno atípico se espera para la próxima campaña estival en La Pampa. En esa provincia se estima que como en casi todo el resto del territorio nacional, se recortaría el área destinada a la siembra de maíz, que será reemplazada por el maní, como primera novedad, pero también por soja y girasol, que vuelven del banco de suplentes, tras varios años de imprevisión.
La reducción del área maicera que estimó la Bolsa de Cereales de Córdoba, sería de un 8%, con la incertidumbre climática como motor, pero también los precios del cereal y los márgenes económicos. Aun así, en disidencia con el resto del país, donde se recortará el área de maíz producto del miedo a la chicharrita o achaparramiento, hay algunos técnicos que aseguran que sembrarán más maíz, aprovechando la caída de otras regiones de Argentina, lo que hace que ese porcentaje de perdida se atenúe.
Parte de lo que se dejará de sembrar de maíz, tendrá destino de maní, soja y girasol, según la entidad cordobesa. En lo que respecta al maní, representa una novedad, puesto que este cultivo tiene sus grandes extensiones en la provincia de Córdoba, y en los últimos años se fue expandiendo hacia el oeste de Buenos Aires, y ahora tendrá una pata importante en La Pampa, donde según las estimaciones se sembrarán poco menos de 20 mil hectáreas, es decir, un incremento del 18% respecto al año anterior.
En concreto, la BCCBA anunció que durante la incipiente campaña el área sembrada con soja mostraría un incremento del 5%. Asimismo, según indicaron, “los cultivos con mayores variaciones interanuales estimadas son el girasol y el maní, para los cuales se prevé un aumento significativo del 18%. De mantenerse esta tendencia, se sembrará la segunda mayor superficie de maní en la provincia desde que se tiene registro en la BCCBA (campañas 2016/17-2023/24”.
Según el informe de la entidad, “los principales factores que inciden en la siembra de maíz para la próxima campaña en La Pampa son el pronóstico climático, junto con las expectativas de precios y rentabilidad del cultivo. Otro factor importante, mencionado con frecuencia, es la rotación de cultivos, mientras que la demanda forrajera tiene un peso menor. La primera intención señala recorte de siembra en maíz a nivel provincial. No obstante, algunos colaboradores indicaron que aumentarían la superficie, entre otros motivos, por el impacto del complejo del achaparramiento (CSS) en otras zonas”.
Hacia mediados de septiembre, según la mayoría de colaboradores locales, la presencia de maíz guacho era entre nula y baja principalmente debido a las frecuentes e intensas heladas de julio y agosto que no permitieron que prosperen. Sin embargo, algunos referentes informaron que con el aumento de temperaturas de los últimos días comenzaron a nacer los primeros maíces voluntarios. Sumado a esto, se reportaron casos puntuales de presencia de chicharrita del maíz (Dalbulus maidis) en verdeos de invierno en la zona de Vértiz.
Parte de este escenario se explica por el clima: durante agosto y septiembre, las precipitaciones se situaron por debajo del promedio histórico en la mayoría de los departamentos de la región, excepto en Guatraché y Hucal donde el acumulado superó levemente al histórico. Según los mapas publicados por el Servicio Meteorológico Nacional, el contenido de agua en los perfiles continúa siendo escaso.
Varios errores en la nota. Los maniseros tienen una pata en La Pampa desde hace décadas. Nada nuevo. Vienen sembrando un promedio de 20000 has anuales. El desplazamiento de maíz, girasol y soja se debe a los altísimos alquileres que pagan los maniseros (>a u$s1000). Hay que recordar que el lobby manisero viene logrando desde hace décadas que no se les apliquen retenciones, disfrazados de economía regional. Los frágiles suelos pampeanos han sufrido fuertes erosiones producto de la desidia de los maniseros ya que a diferencia de otros cultivos la cosecha de maní destruye la cobertura e interrumpe el ciclo de siembra directa.
Faltó decir que la red de trampas pegajosas que pusieron en marcha los profesionales pampeanos nucleados en APALP no viene detectando presencia de chicharrita hasta la última lectura.