Diana Chediak es una productora de limones en Tucumán. La tradición proviene de familia, ya que desde hace 40 años cultivan 60 hectáreas con el cítrico a pocos kilómetros al norte de la ciudad capital, en El Chañar, departamento Burruyacu. Comenzaron con el limón mucho antes del apogeo de la industria limonera, que atrajo a grandes inversores y convirtió a Tucumán en el principal polo exportador mundial de esa fruta. Pero Chediak, hace poco, implantó 10 hectáreas con la nuez pecán. Por si acaso, para diversificar su economía.
Diana dialogó con Bichos de Campo y analizó los pros y contras de la actividad al día de hoy. “Lo alentador es que si bien estamos con una primavera seca, estamos notando una muy buena floración (factor que augura la producción futura). Con los campos llenos de flores, muy romántico”, contextualizó esta intensa defensora de la vida productiva.
Aquí la entrevista completa:
Pero la situación económica no es la mejor para los productores independientes de limón. “Nos pusieron retenciones y nos sacaron los reintegros a las exportaciones. Y si bien el dólar aumentó, también aumentan los insumos. El 60% de los costos de producción se lo llevan los fitosanitarios”, apuntó la productora. “Más el costo del gasoil, que usamos para regar”. Ambos productos se mueven al ritmo del dólar.
“Esta zona es la mejor del mundo para producir limones pero tenemos el puerto a 1.200 kilómetros, y el flete es muy caro”, añadió Diana, que además le apunto a la presión impositiva: “Los impuestos son altísimos”.
“Hacemos cultivos perennes, una plantación de cítrico dura cerca de 25 años, y todos los años uno apuesta y reinvierte. Pero no quiero hacer los números finitos porque me daría que debo colgar los guantes y dedicarme a otra cosa”, dijo Chediak. Y luego precisó: “En este momento me están pagando 1 peso la unidad de limón. O 110 pesos los 20 kilos, son”.
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Pero aferrada a su terruño y a su actividad, Chediak se ocupó de mostrar la preocupación que existe en Tucumán por la posible llegada del HLB, la temible bacteria que se mete en el torrente sanguíneo de los cítricos y los deja secos en muy pocos meses. “Hoy en día el HLB está en provincias limítrofes a Tucumán”, alertó la productora. La llegada de la “chicharrita”, el insecto que hace de vector de la enfermedad, parece inminente y los limoneros no quieren depender de insecticidas para frenarla.
“En parte me estoy volcando al pecán por esta amenaza”, confesó con tristeza Diana.