Con más de la mitad de la cosecha de soja ya recolectada, el organismo oficial brasileño Conab continuó sincerando el impacto climático desfavorable que se llevó “puesta” a buena parte de la producción de soja esperada en ese país.
Conab ajustó este martes la proyección de la cosecha brasileña de soja 2023/24 para ubicarla en 146,8 millones de toneladas versus 149,4 millones previstas un mes atrás. Con la nueva estimación, la oferta exportable prevista de poroto para este año se reduce en 1,86 millones de toneladas respecto del mes pasado para ubicarse ahora en 92,3 millones.
Restricciones hídricas en la región central del país, junto con anegamientos en las regiones productivas del sur, contribuyeron a reducir los potenciales de rendimiento en varias zonas claves del cultivo de soja.
También se ajustó con respecto al informe anterior en casi un millón de toneladas la oferta exportable proyectada de harina de soja, mientras que en el caso del aceite la reducción esperada se ubica en torno a las 100.000 toneladas.
Un aspecto interesante del informe es que Conab ahora espera que la industria oleaginosa brasileña tenga que importar este año unas 800.000 toneladas de soja para abastecerse de poroto.
Si bien Conab ajustó la proyección de cosecha, vale mencionar que la misma sigue estando muy por encima de la pronosticada por la entidad agropecuaria Aprosoja, que sostiene que el número final de la campaña que se ubicaría en torno a 135 millones de toneladas.
En lo que respecta al maíz, Conab también redujo la cosecha proyectada para estimarla ahora en 112,7 millones de toneladas versus 113,6 millones prevista un mes atrás. La oferta exportable potencial del cereal se mantuvo sin cambios en 32,0 millones, la cifra más baja desde 2020/21.
Mientras que en el caso de la soja el ajuste es producto del clima desfavorable, en maíz, además de ese evento, también influye una caída de la superficie correspondiente a las siembras tardías.
A nivel nacional ya se recolectó casi el 33% del área de maíz temprano, que debería aportar, al finalizar la campaña, una oferta total de 23,4 millones de toneladas.
En lo que respecta al maíz de segunda, ya se sembró a nivel nacional el 86,2% del área prevista, la mayor parte de la cual se extiende por el estado de Mato Grosso. El maíz tardío, vale remarcar, representó una auténtica revolución agronómica y económica en la última década.
Conab advirtió que el área final de siembra de maíz de segunda puede llegar a ser revisada porque, “dependiendo de las previsiones meteorológicas, muchos productores pueden correr el riesgo de plantar fuera de la ventana ideal de siembra, que está a punto de completarse en la mayoría de los estados productores.