La Cámara de la Industria Nacional Equina (CAMINE) está de festejo. Sucede que las autoridades han confirmado que es posible realizar la Triple Corona de Polo, un evento deportivo de clase mundial que es fundamental para el desarrollo de toda la industria equina en la Argentina. El sector, como ha informado Bichos de Campo todos estos meses, ha sido uno de los más afectados por la cuarentena debido al coronavirus.
“Autoridades nacionales, provinciales y de la ciudad de Buenos Aires dieron el visto bueno para que en los próximos días comience el Torneo Abierto de Tortugas, primera cita importante de la temporada de polo, que será seguida del Abierto de Hurlingham y el Abierto Argentino en Palermo, a fines de noviembre. De esta manera el polo se suma al turf entre las actividades que vuelven al ruedo, respetando los protocolos sanitarios necesarios”, celebró la flamante cámara de la industria equina.
Hace unos días, entrevistamos a Eduardo Novillo Astrada, ex polista y presidente de la Asociación Argentina de Polo, quien además conduce la Cámara de la Industria Nacional Equina en este primera etapa. El empresario y criador consideró vital para la actividad el regreso de las competencias, tanto del turf como del polo.
La Triple Corona es la punta de un iceberg que incluye a muchos otros torneos federales con jugadores de alto y bajo handicap, criadores de caballos, domadores, petiseros, veterinarios, talabarteros y transportistas. Además es una vidriera para inversores de todo el mundo que llegan al país enamorados de sus caballos.
“Aunque no parezca, la industria del polo es muy grande. La cadena y el proceso del polo son largos e incluyen a los campos que crían caballos, los centros de transplantes embrionarios, los centros de doma, los centros de hechura. Para la gente que hace todo eso para poder vender un caballo durante la temporada, la Triple Corona es la frutilla del postre. Es lo que hace que se compita, que los caballos se alquilen, se vendan, se exporten a Europa. La temporada de alto handicap motiva e inyecta plata en la industria”, agregó Hilario Ulloa, jugador de Ellerstina.
Gastón Laulhé, criador de caballos de polo, explicó que el sector ya está muy afectado por la imposibilidad de que entren extranjeros al país. “El caballo se tiene que probar, jugar y después se compra y empieza a viajar. Ahora la venta de caballos ha pasado a ser cero”, reveló.
También remarcó que “los jugadores de alto handicap que juegan en el exterior, que son los menos, tienen la posibilidad de vender productos allá. Pero la mayoría de los criadores somos pymes que hacemos entre 10 y 20 productos por año, y ahora hemos tenido que achicarnos muchísimo en los servicios que vamos tomando por temporadas. La cría, la doma y la hechura se mantienen, pero en el training, que se hace cuando los caballos ya van a jugar a Buenos Aires, hay una merma importantísima. De traer 15 caballos hemos pasado a traer 8 y eso afecta muchísimo la mano de obra que uno contrata”.
Como productor agropecuario, Laulhé añadió que la cría de caballos es algo que hace “como un plus, una actividad más que con tanto nivel de incertidumbre será de las primeras en ir cortando”.
“Es un proceso muy largo, pueden pasar seis años desde que nace hasta que el caballo está listo para la venta, entonces ya de por sí es un negocio fino”, dijo. Y advirtió: “Por lo que vengo viendo entre conocidos, todos hemos hecho un recorte importante en gastos extraordinarios, que son el transplante embrionario anual y la cantidad de caballos que vienen a jugar la temporada a Buenos Aires. Todos hemos achicado la cantidad de productos y eso va a tener un impacto en dos o tres años del 60 o 70% en el volumen de caballos nuevos”.
Según los registros de las asociaciones de criadores, en 2019 hubo 10.923 nacimientos entre todas las razas (una cifra que lamentablemente viene cayendo) y se estima que por cada caballo hay entre 5 y 7 personas involucradas. En cuanto a exportaciones, el año pasado se vendieron 2.970 caballos en pie por un total de 28 millones de dólares.
Bichos de Campo dedicó un programa a contar qué se mueve detrás de la industria del caballo:
El regreso de la principal competencia del polo debería ser, a juicio de los criadores, “un antecedente para la pronta aprobación de muchas otras actividades ecuestres que constituyen una fuente de ingresos esencial para miles de argentinos”.
Entre esas actividades se cuentan la equitación, los torneos de pato, festivales de destrezas gauchas, las carreras y exposiciones de caballos. “Son eventos que articulan la vida en miles de pueblos del interior del país. Ya están elaborados los protocolos sanitarios pertinentes y se están realizando gestiones con funcionarios nacionales y municipales para que puedan regresar en el corto plazo”, se informó.