El diario La Nación publicó en las últimas horas una muy buena primicia: reveló que “el domingo 6 del actual el Gobierno publicó en el Boletín Oficial el decreto 975 que modifica el presupuesto general de la administración nacional”. Dentro de esa medida, que ordenaba transferencias millonarias de recursos desde organismos descentralizados con regímenes presupuestarios especiales, figuraba una nueva exacción del dinero perteneciente al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).
“El Gobierno tomó de ese organismo 24.000 millones de pesos, tres veces más que lo que hizo el año pasado Mauricio Macri, hecho que en ese momento despertó fuertes críticas afuera del ente”, destacó la crónica del diario porteño. En efecto, varios ex funcionarios de Cambiemos replicaron el dato, tratando de mostrar las diferencias entre ambas administraciones..
La comparación se hacía contra una nota publicada en su momento por Bichos de Campo, que daba cuenta de que en sus estertores, la gestión macrista se había apoderado de 8.100 millones de pesos correspondientes al Fondo que se constituye a favor del INTA a partir del cobro de una tasa sobre todas las importaciones realizadas por el país. En aquel momento, esa quita de recursos parecía grave y fue denunciada por los empleados de carrera del propio organismo, donde no había casi recursos para sostener el trabajo cotidiano de muchos de sus investigadores.
En aquella norma, el Poder Ejecutivo Nacional disponía modificaciones al Presupuesto 2019, para beneficiar al Tesoro con recursos del INTA y otros organismos. Lo mismo que ahora con el Presupuesto 2020, aunque las cifras en juego tripliquen -inflación mediante y otros yeites- las de un año atrás. La noticia principal es que la modalidad de esquilmar al Instituto tecnológico se repite a pesar del paso de los gobiernos, más allá de los signos políticos.
Para instrumentar este financiamiento, antes y ahora, el gobierno se vale de pagarés: se lleva el dinero y le deja al INTA hermosos papelitos a cobrar dentro de algunos meses. En este último caso la fecha de emisión es el 15 de diciembre y el vencimiento opera en marzo próximo.
¿De dónde se extraen esos recursos? En el Banco Nación existe una cuenta específica que va recaudando los fondos de la llamada Ley del INTA. Esa norma establece la creación de un “fondo de tecnología” para financiar las actividades del organismo a partir de la recaudación del 0,45% de las tasas cobradas a todas las importaciones y del 30% de la recaudación por la llamada Tasa de Estadística, que en 2019 el gobierno de Cambiemos elevó de 0,5 a 2,5% de cada operación. Este aumento de la presión impositiva, además de la devaluación, sirven para explicar la diferencia entre lo que se llevó uno y otro gobierno.
8.100 millones de pesos antes. 24.000 millones de pesos ahora. ¿Cuál es la diferencia?
La diferencia, en todo caso, hay que buscarla en el hecho de que el gobierno de Alberto Fernández realizó una promesa que hasta ahora no cumplió, y de la cual parece haberse olvidado cuando lleva a cabo esta nueva apropiación del dinero de la cuenta del Fondo INTA. En aquel momento, según relató el ex director nacional del organismo, Héctor Espina, a Bichos de Campo, existía un proyecto de ley que proponía derivar automáticamente el 30% de la recaudación por importaciones que alimenta ese fondo a un fideicomiso -administrado por la Fundación ArgenInta- para realizar gastos operativos de los diferentes proyectos de investigación. De ese modo, mucho trabajo de los técnicos del INTA no se discontinuaría por la frecuente falta de fondos.
Ese proyecto tenía el respaldo de muchos legisladores peronistas, e incluía también a varios de Cambiemos. La firma principal que lo impulsaba era la de un ex vicepresidente del Instituto Agropecuario en tiempos de Cristina Kirchner. Ex diputado por Formosa, se trata del actual ministro de Agricultura de Alberto, Luis Basterra.
Todo dicho: la noticia es que la política se sigue apropiando de fondos que deberían enriquecer la tarea cotidiana del INTA. Que lo permiten los diferentes partidos que pasan por el gobierno. Y que nadie parece dispuesto a cortar ese curro cuando el poder lo manejan los suyos.