“Si diez años después, te vuelvo a encontrar en algún lugar”, dice la canción que Andrés Calamaro cantaba en Los Rodriguez. Como una postal de una década atrás, hoy la Mesa de Enlace (o Comisión de Enlace de Entidades Agropecuarias, como le gustaba hacerse llamar) visitó al por ahora candidato a presidente, Alberto Fernández, pero otrora ministro de gabinete en aquellos años de conflicto por la 125.
Al mediodía, los presidentes de Sociedad Rural Argentina, Confederaciones Rurales Argentinas, Federación Agraria Argentina y la Confederación Intercooperativa Agropecuaria fueron a escuchar que tenía para decir Alberto sobre una serie de 14 puntos de un documento elaborado en conjunto por las cuatro entidades en el mes de julio “tendientes a lograr una mayor competitividad en el sector y el desarrollo rural”, indicaron en un comunicado previo. El mismo documento ya había sido presentado al Presidente de La Nación, Mauricio Macri, pero los ruralistas querían saber ahora que opinaba el candidato que más votos cosechó en las últimas PASO y que tendría las máxima posibilidades de quedarse con el sillón de Rivadavia.
“No te olvides que soy distinto de aquél pero casi igual”, continúa la canción de Calamaro. Y justamente los Pelegrina, Chiesa, Achetoni y Ianizzotto (y todos los productores agropecuarios del país) se desviven por saber cuan distinto o igual “de aquél” será el kirchnerismo que vendría a partir de diciembre. ¿Subirá, eventualmente de vuelta en el poder, las retenciones? ¿Volverán los ROEs y todos los permisos para exportar que caracterizaron a la gestión anterior?
En la previa, el “operativo reconciliación” (como algunos intermediarios se animaron a bautizar) entre Alberto Fernández y el campo se venía enfriando, no solo por la falta de un encuentro formal entre los dirigentes – por ejemplo, todos los candidatos a presidente fueron esta semana a una Jornada organizada por CONIANGRO, todos menos Alberto, incluido el propio presidente- sino también por las polémicas declaraciones de Felipe Solá y su idea de recrear “una Junta Nacional de Granos”.
Los del campo fueron recibidos en el búnker de campaña presidencial de Frente de Todos en la calle México, en el barrio de San Telmo, y acompañando a Alberto estaban Cecilia Todesca (curiosamente hija del director general del INDEC, Jorge Todesca, en la gestión actual de Cambiemos) y Santiago Cafiero (a diferencia de Cecilia, no un “hijo de” sino un “nieto de”, en este caso del mítico dirigente peronista Antonio Cafiero, líder del “Grupo Callao” y uno de los principales líderes de la campaña de Alberto).
Al salir los dirigentes aseguraron que “se habló de retenciones”, “se habló del régimen tributario”, “se habló de lograr una economía rentable” para los productores y que Alberto les aseguró “que no estaba de acuerdo con volver a una Junta Nacional de Granos”, “que no estaba de acuerdo con volver a un sistema de ROEs”, y hasta que en el fondo “no estaba de acuerdo con las retenciones”. Y a las frases hechas sumaron la clásica: que iban “a trabajar los equipos técnicos” de ambos lados.
“Tuvimos una muy buena reunión con la Mesa de Enlace, es el comienzo de una relación que va a ser muy fructífera”, agregó cuando se retiraba y rápidamente subía a un auto Alberto (Fernández). Y como dice la canción de Andrés (Calamaro): “diez años después mejor volver a empezar.”