La reunión de urgencia realizada esta semana entre el presidente Alberto Fernández y las cuatro gremiales agropecuarias que integran la Mesa de Enlace resultó ser una bocanada de oxígeno para los dirigentes rurales que apostaron todas sus fichas a la continuidad de ese espacio de acción gremial, frente al avance de alternativas más integradoras como el Consejo Agroindustrial Argentino (CAA).
Daniel Pelegrina, el presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), es quien más fuerte se jugó a mantener la unidad del bloque agropecuario que nació en el conflicto de 2008, negándose a participar del CAA, un bloque mucho más amplio que integran a más de cincuenta cámaras de la agroindustria. Quienes llevan la batuta allí no son las entidades de la producción primaria sino las bolsas y los exportadores.
Hasta ahora, el gobierno de Alberto Fernández jugó una estrategia de desgaste muy clara hacia la Mesa de Enlace, a la que se negó a recibir a lo largo de todo el 2020: el Presidente solo mantuvo dos reuniones con ella, el 23 de diciembre de 2019, ni bien asumió, y el pasado miércoles, ya dentro de 2021. Esto dejaba a la Sociedad Rural bastante aislada, sin agenda visible.
En cambio, las otras tres entidades rurales (Coninagro, CRA y Federación Agraria), aún a regañadientes apostaron a las gestiones que encaró el CAA para construir una agenda de mediano plazo para el sector agroalimentario.
Las declaraciones del Presidente del domingo pasado en Página/12, respecto de la posibilidad de subir las retenciones a los cereales (hoy en el 12%) y reponer los cupos de exportación (los fatídicos ROE), pusieron en acción de nuevo a la Mesa de Enlace y también amenazaron con hacer implosionar el CAA, espacio que venía negociando una ley agroindustrial con el equipo económico.
Pero el propio Alberto reaccionó rápido para resolver el empiojado que él mismo había armado, convocando a los ruralistas a la Casa de Gobierno y explicándoles que había sido “malinterpretado”. Así, quizás sin querer, el Presidente le dio nuevos aires al bloque que enfrentó a Cristina Kirchner trece años atrás. Y en especial, a dirigentes como Pelegrina, que se juega una definición difícil frente a una lista opositora liderada por Nicolás Pino en su propia entidad, ni bien convoque a un proceso electoral largamente demorado con la excusa del Covid.
Las declaraciones públicas de Pelegrina tras esta reunión con Alberto, en la que finalmente el gobierno reculó y desactivó un nuevo frente de conflicto con el agro, lo muestran con nuevas ínfulas.
“Le dijimos al Gobierno que estamos muy lejos de inmiscuirnos en cuestiones de política electoral, sino que queremos soluciones. El campo es parte importante de la solución y queremos contribuir para salir adelante”, indicó el titular de la SRA.
En declaraciones a radio Continental, además, Pelegrina dijo que “le explicamos (al Gobierno) cómo nosotros no somos formadores de precios” y que “hay una diferencia muy marcada en las economías regionales que recibe migajas por sus frutas y después en góndola está a valores extraordinarios ¿Quién se queda con esa diferencia?”, se preguntó.
“Los precios internos ya están desacoplados (de los internacionales) por los derechos de exportación y explicamos que ese instrumento (retenciones) no es eficaz para hacerlo. Pero ya está de facto, estamos recibiendo mucho menos que nuestros competidores”, aclaró además.
Respecto de su no participación de su entidad en el CAA, Pelegrina insistió que no se sumarán pues “todavía no entendemos ni tenemos los números bien claros de cuáles son las políticas de lo que están proponiendo”.
“Nosotros estamos muy firmes en lo que tenemos que hacer como comisión de enlace, defendiendo a los productores”, concluyó.