Por Nicolás Razzetti.-
El panorama agrícola semanal (PAS) elaborado por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires señala que “los excesos hídricos acumulados podrían generar nuevas pérdidas de área por 70.000 hectáreas, las cuales se suman a las 80.000 que se perdieron con el cultivo de trigo por las inundaciones registradas previo al fin de semana”.
Y añade que hay que sumar otras 150.000 hectáreas que quedaron sin sembrar en el arranque de la campaña también por cuestiones climáticas. Así, unas 300.000 hectáreas quedarían fuera de carrera, lo que implica el 5,5% respecto de la estimación inicial que fue de 5,5 millones de hectáreas.
En volúmen, tomando un rendimiento promedio nacional que en la campaña pasada 2016/17 se ubicó en 33 quintales por hectárea, la pérdida de trigo el próximo verano llegaría a 990 mil toneladas, o casi 1 millón. En dinero, a los valores FOB oficiales, ese montón de trigo equivale a unos 200 millones de dólares menos.
El informe de la Red GEA de la Bolsa de Comercio de Rosario también destaca el impacto del agua sobre los lotes con trigo: “Muchos lotes de trigo quedaron bajo agua. Por la anoxia (falta o disminución de oxígeno), el lavado de nutrientes y la alta presión de las enfermedades, un 50% de los cuadros de trigo bonaerenses pasaron a tener una condición regular. Las condiciones de alta humedad en la que crecen los trigos aumentó la severidad de las enfermedades”.
Gonzalo Hermida, uno de los ingenieros que elabora el PAS, dijo que por las lluvias ya se perdieron además 40.000 hectáreas con cebada y que “hay que ver como evoluciona el clima para analizar mayores mermas en lotes bajos”.
Hermida consideró que lo que está bajo agua podía tener daños mayores pero que son difíciles de cuantificar debido a que en muchos casos no se puede entrar a los campos. En ese sentido, estableció que tanto el resultado de la fina como la implantación de la gruesa dependerán mucho de lo que pase con el clima en las próximas semanas.