En agosto del año pasado Gustavo Almassio recibió una foto de un vecino. Se trataba del retrato de un puma que descansaba plácidamente a 2500 metro de su casa. Lejos de asustarse, para el productor e ingeniero agrónomo se trató de una crónica anunciada. “Hace bastante que la población de pumas comenzó a aumentar en la zona. En los últimos tres o cuatro años empezó a estar por todos lados. Ahora es una anécdota”, dijo a Bichos de Campo.
Por eso cuando un empleado lo llamó ayer para avisarle que tres corderos habían aparecido heridos, él supo que el depredador había llegado a “El Totoral”, el campo en el cría ovejas –entre otras actividades- en el partido de San Cayetano, al sur de la provincia de Buenos Aires.
Pero para desgracia del puma, Almassio ya tenía una estrategia sobre la mesa. Tiempo atrás durante una mesa del grupo ovino de Coronel Pringles, conoció a un productor que había incorporado a su campo perros protectores. “Tenía 80% de señalada por diferentes plagas durante la parición: caranchos, zorros y ahora pumas, pero desde la presencia de los perros había aumentado considerablemente ese porcentaje y sin la necesidad de matar”, recordó.
Fue allí que decidió optar por una acción estratégica y no reactiva: averiguó sobre estos perros y adquirió uno del criador fueguino Santiago Cabezas, a quien este medio tuvo la oportunidad de entrevistar el año pasado. Se trata de Atahualpa, un Gran Pirineo de origen alemán de 14 meses de edad, cuya crianza está siendo documentada en su página de Instagram.
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“Mi intención no es eliminarlo. Por eso terminé invirtiendo en un perro más que en un fusil. El perro no actúa por enfrentamiento sino por disuasión. Ahora empezó el momento de la verdad. Volví a llevar a las ovejas al lugar de los hechos”, contó Almassio.
Desde su destete, a los 45 días de haber nacido, los perros protectores son criados junto a las ovejas para comiencen un proceso de improntación. A los 120 días son llevados a un lote en el que conviven con la majada hasta su madurez. Su uso se ha popularizado en la Patagonia ante el crecimiento de las jaurías de perros salvajes en los últimos años.
“Esta semana es clave porque el puma va a volver. Yo le tengo fe (a Atahualpa) pero él lo tiene que demostrar. Para mí es la batalla de San Lorenzo con San Martín”, aseguró el productor.
Si bien por ahora la situación no es tomada como problemática, ya que no se han registrado ataques a personas, Almassio dio aviso a la Dirección de Medio Ambiente de San Cayetano y no descarta que las autoridades actúen si el panorama empeora. “No lo quiero matar, pero si dentro de diez días tengo 20 ovejas muertas…”, arrojó.
Los annimales estan antes que los humanos el proble.a es que nos emos 5 duplicado sin entender que cada hijo mas es un desgaste psra la naturaleza no nos tenemos que multiplicar y tampoco robarle el espacio s los animales nosotros comemos mucho gastamos la tierra yiranos mucha basura dejamos que ectranjeros tomen nuestras tierras como si no fuese.os otra raxa de animales ada mas mas peligrosa controlemos nuesyra maldad