Estamos en la zona bonaerense de San Antonio Areco. Y el monitor de rinde marca 8000 a 9000 kg/ha con máximos puntuales que superan con creces el límite superior de ese rango. Adivinanzas: ¿Qué estamos cosechando?
La respuesta obvia sería maíz, pero es errónea, porque se trata de un lote de trigo de la firma Zerboni SRL, empresa integrante del CREA San Antonio de Areco, la cual, luego de experimentar dos campañas agrícolas horribles a causa de problemas climáticos, finalmente pudo tener la revancha con el trigo 2023/24.
En el establecimiento Río Areco de la empresa el trigo logró un rendimiento promedio de 7130 kg/ha. Pero lo que llamó la atención es que en un lote de 45 hectáreas la media recolectada fue de 9345 kg/ha.
“Fue una campaña en general muy buena, pero éstos resultados nos sorprendieron”, indicó Miguel Guerrico, asesor agronómico de Zerboni SRL, en un artículo publicado en Contenidos CREA.
El cultivar empleado en el lote estrella fue Baguette 620, el cual fue sembrado el 4 de junio con una densidad de 350 plantas logradas por metro cuadrado para ser recolectado el 8 de diciembre.
“Como variedad de ciclo intermedio, al Baguette 620 nos gusta posicionarlo en la primera semana de junio o los últimos días de mayo”, explicó el asesor. El tenor proteico logrado por el cultivar fue de 10,5%.
El lote en cuestión proviene de una soja que en 2022/23 rindió apenas 1021 kg/ha y fue fertilizado con 300 kg/ha de yeso agrícola voleado en presiembra, 110 kg/ha de MAP a la siembra, 200 kg/ha de urea granulada aplicada con Altina en macollaje y 1,0 litro/ha de zinc en macollaje.
“En este establecimiento reponemos fósforo cada tres años y esa reposición se la hacemos al trigo. El mismo manejo implementamos con la incorporación de azufre”, comentó Guerrico.
“En la zona empezamos a ver deficiencias de zinc, así que hacemos aportes foliares en macollaje. Y por la seca de la campaña pasada había niveles de nitrógeno en el suelo bastante elevados, así que no fue un año de mucha fertilización nitrogenada; siempre apuntamos a suplir todas las necesidades de nitrógeno como para una base de 7000 kg/ha”, añadió.
La ayuda del clima resultó clave, dado que, además de lluvias adecuadas que acompañaron al cultivo en los momentos oportunos, no se registraron golpes de calor durante el mes de noviembre y sólo hubo helada leve a fines de octubre.
El monitoreo constate del cultivo fue otro de los ingredientes que hicieron posible lograr un rendimiento tan destacado. Al respecto, se realizaron dos aplicaciones de fungicidas: Amistar xtra el 29 de agosto y Miravis triple el 4 de octubre.
“Ha habido un salto tecnológico en la genética que se traduce en altos potenciales de rinde, los cuales se manifiestan cuando al manejo se le suma que el año acompañó con agua y temperaturas adecuadas durante el período crítico”, resumió Guerrico.
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