Martín Marzetti, un reconocido agrónomo y especialista en malezas, compartió la foto actual de un lote agrícola en sus redes sociales. En ella podía verse del lado izquierdo a un maíz de segunda apareciendo, y del otro una soja bastante marchita y castigada por la falta de lluvias. Pero en medio de ambos cultivos, llamaba la atención una única hilera de soja de muy buen aspecto.
“¿Por qué el último surco de la soja está verde y el resto crocante?”, preguntaba Martín a sus seguidores en tono de adivinanza. Por cierto, la última hilera de la oleaginosa, a la vera del maíz, lucía en mucho mejor estado que el resto de ese cultivo, sembrado apenas a centímetros de distancia.
¿Por qué el último surco de la soja esta verde y el resto crocante? pic.twitter.com/vSY1vjlyea
— Martín Marzetti (@MartinMarzetti) January 21, 2025
“Parece algo propio del surco de siembra. Fíjate como copia la curva más al fondo de la imagen. No parece ni antecesor ni residuales”, estimó otro.
Lo cierto es que la explicación de tan curiosa imagen era mucho más sencilla de lo que parecía y no tenía nada que ver ni con los agroquímicos ni con la modalidad de siembra de esa soja sino con la sequía que afecta nuevamente al campo argentino justo en plena etapa de crecimiento de la soja y el maíz.
“Mayor disponibilidad de agua. Por estar a mayor distancia del surco de maíz, y este haber consumido menos agua por su estadio”, explicó un productor. “El maíz consumió menos agua que la soja definitivamente”, aseveró otro.