La Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) se dedica a analizar variables económicas ligadas al sector agropecuario y las cadenas que generan valor en el mismo.
En ese sendero, la organización que lidera el economista cordobés David Miazzo elaboró un proyecto en el que proponen una solución a un pedido histórico del agro, como es el cobro de derechos de exportación.
Además de las retenciones, la fundación cree que el sector podría generar medio millón de nuevos empleos y a la vez, activar la rueda económica.
En esta propuesta que esboza la entidad basada en datos de la coyuntura y análisis, “1 de cada 3 desocupados podría tener trabajo, calculado sólo sobre un aumento de granos, carnes de vaca y cerdo y biocombustibles. Y también, mientras más incremento en otras cadenas, habría aún más beneficios”, vaticinan.
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Según David Miazzo, economista Jefe de FADA, la rueda del empleo agroindustrial genera actualmente 3,7 millones de empleos y propone que, con 4 cambios principales, sumado a una implementación especial, “nuestro país podría generar medio millón de nuevos empleos, lo que es equivalente a un tercio del total de desocupados en Argentina”.
Pero eso no es todo, también apunta a un crecimiento general porque activaría al circuito de la economía y el bienestar que está tan afectados, es decir, provocaría un crecimiento en variados sectores del país, en sus regiones, en sus familias.
En su análisis, Miazzo explica esos 4 cambios principales que deberían emprenderse: Cero Retenciones, Cero Restricciones, Un Dólar y Reglas claras. Pero la pregunta de cómo hacerlo sin desfinanciar al Estado es clave en ese sentido. Desde FADA analizaron varios formatos y concluyeron en que las retenciones podrían eliminarse con la implementación de un “Certificado para pago de impuestos”.
De acuerdo a su propuesta, este certificado sería aplicado de manera progresiva: “En cuatro años, parte de los ingresos por retenciones seguirían entrando al Estado, y el que los paga podría contar con un instrumento que le permita utilizarlo para pagar impuestos en el futuro”.
De esta forma Miazzo explica: “Se amortigua el impacto fiscal y permite sacarle frenos al crecimiento. En uno de los ejemplos, estas modificaciones permitirían aumentar la producción de granos en un 56%. Pero esto no es hablar sólo de granos, es un movimiento que significa enormes mejorías para las regiones y ciudades”.
“Hay una idea de que las retenciones sólo afectan al campo, pero no es así. Es un concepto errado que heredamos, y es difícil visualizar estos temas en la vida cotidiana. ¿En qué me afectan? en todo”, afirma Nicolle Pisani Claro, economista de FADA.
“Podemos verlo desde dos grandes aspectos: el primero, es que va más allá del que trabaja directamente en el agro, muchos de nuestros empleos están relacionados de manera indirecta y por eso lo que ocurre en el agro, nos impacta a todos. El segundo, porque las retenciones provocan que el país produzca menos y esto es: menos actividad económica, menos exportaciones, menos empleo, menos consumo, por ende, menos crecimiento para las familias”, destacó la economista.
“Tenemos tan naturalizadas algunas medidas o políticas en nuestro país, que creemos que es igual en todos lados, pero lo cierto es que es algo casi único en el mundo y nos está causando un estancamiento. El hecho de tener retenciones y restricciones para exportar, problemas para producir más, que haya “distintos dólares” y reglas que no son claras, es un escenario que el mundo entero trata de evitar”, agrega Natalia Ariño, economista de FADA.
Según advierte Miazzo, hay otro dato más sorprendente aún: En los países donde no se aplican retenciones, se registra un gran crecimiento del PBI. “En Argentina, donde sí hay retenciones, nuestro PBI por habitante ha crecido poco, sólo un 56% en los últimos 30 años. En cambio, en países que facilitan producir, exportar y que crearon políticas más adecuadas, crecieron mucho más. Entre ellos, Uruguay creció 324%, Paraguay 252%, Canadá 149% y Ucrania 241%, entre muchos más. Es revelador”.
“Recordemos que, en la pizza que comemos hay miles de trabajadores, desde huerteros, molineros, operarios, hasta agrónomos, administrativos y comerciantes dentro de una enorme lista. ¿Por qué no iríamos por más? Si eso crece, no sólo crece el empleo, aporta crecimiento a ciudades y regiones. Se genera actividad económica, ingresan dólares por exportaciones, se moviliza el consumo, se genera más empleo, se amplía el acceso de la gente a productos y servicios. Todas dinámicas que nos pueden empujar a salir adelante y apuntar al bienestar de las familias”, cierran los voceros de FADA.