Silvio Montenegro es un productor agropecuario e ingeniero agrónomo santafesino. Aunque todavía falta conocer la letra chica de la medida anunciada por el ministro de Economía, Sergio Massa, y ratificada por el secretario de Agricultura Juan José Bahillo, de que la industria aceitera podrá disponer libremente de 25% de sus divisas para comprar soja de origen importado, Montenegro sacó cuentas y envió esta nota de opinión a Bichos de Campo con sus conclusiones.
Conviene leerla atentamente y seguir sus complicadas cuentas, que parecen inentendibles pero que preanuncian, a entender de Montenegro, otro despojo a los productores agropecuarios en este contexto de alta inestabilidad económica y climática.
Si ya resulta difícil explicar fórmulas o desarrollos matemáticos, interpretar lo que Sergio Massa dijo el domingo y sumarle la explicación del martes de Juan José Bahillo es una misión imposible, que no creo que ni Tom Cruise sea capaz de dilucidar. Tan difícil es que el mercado de soja se encuentra totalmente paralizado desde el lunes y, por lo dicho el martes por el secretario de Agricultura, así seguirá hasta la semana que viene porque, según Bahillo, recién empezarían a definir los temas para que el fin de semana aparezcan en el Boletín oficial. Como sea, el resultado es una incertidumbre infinita.
Voy a tratar de explicar porque este anuncio de Massa (que el 25% de las divisas generadas por la cadena aceitera sea de “libre disponibilidad”) está dirigido directamente a beneficiar a las industrias exportadoras de subproductos de la soja, desviando la totalidad de los derechos de exportación (DEX) y parte diferencial cambiario que nos roban a los productores. Esos recursos hasta el domingo iban al Estado y que a partir de ese día van a ir a esas pocas empresas, en su mayoría multinacionales, contradiciendo el relato progresista con que se auto-define el gobierno argentino, cambiándolo por el de “Hood Robin”, que le roba a los pobres para darle a los ricos.
Explicar números puede ser un poco complejo y si uno lo quiere hacer fácil puede resultar tedioso. Opté por dar los números para que no sea tedioso y entre paréntesis escribiré su explicación, por lo cual el lector tiene que elegir su lectura, o no, según lo considere necesario para que sea más explicativo o menos tedioso.
Hasta el domingo, día de los anuncios de Massa, los productores recibíamos de los industriales-exportadores (I-E) $233,80/u$s oficial de soja vendida (siempre recibimos pesos al tipo de cambio oficial de 348,95 pesos por dólar, menos 33% de Derechos de Exportación DEX). Pero hasta ahí, cuando esas empresas agroexportadoras venden los subproductos al Estado les dan 240,78 pesos por dólar (que surge de $348,95/u$s oficial menos 31% de DEX).
Es decir, a los productores nos descontaban 115,15 pesos por dólar oficial, de los cuales los I-E le daban al Estado 108,17 pesos por dólar oficial y se quedaban con 6,98 pesos. Esto contradice lo que siempre dijo Gustavo Idígoras, de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA), de
que el diferencial de DEX campo-industria (poroto vs subproductos) no era una transferencia del campo a la industria. Esa diferencia de 6,98 pesos por dólar oficial equivale a un diferencial de DEX del 2,99% (240,78/233,80).
A partir del domingo, si la explicación es como dijo Bahillo y los exportadores solo pueden usar el 25% de libre disponibilidad para importar soja de otros países, a los productores no nos cambiaría nada, pero la situación sí cambiaría radicalmente para los I-E y el Estado.
De allí en adelante, cuando los I-E le vendan los dólares al Estado recibirán 357,77 pesos por dólar oficial
($348,95/u$s oficial -31% DEX x 75%) +($708,74/u$s CCL comprador x 25%)). Es decir que recibirán 116,99 pesos por dólar oficial más que antes, o sea un 48,59% (357,77/240,78).
Dicho de otra manera, a nosotros nos siguen robando 115,15 pesos por dólar oficial (falta el otro robo de casi el 50% por el diferencial cambiario) y el Estado, no solo dejará de recaudar los 108,17 pesos por dólar sino que además tendrá que sacar de su recaudación 8,82 pesos por dólar oficial más lo que antes resignaba ($6,98/u$s oficial), para dar un total de 123,97 pesos por dólar oficial para dárselos a los I-E.
Según esto el diferencial DEX entre el poroto y sus subproductos pasará a ser el 53,02% (357,77/233,80) muy por encima de lo que siempre reclamó CIARA, tres puntos de diferencia en la alícuota, y que según ellos implicaba que no tuvieran DEX el agregado de valor de la industrialización del poroto de soja.
Con estos números, el gobierno les transfiere todos nuestros pagos en concepto de DEX a los I-E que, por consecuencia, dejan de ir al Estado para cubrir las funciones para las cuales estaban asignados, en lo que es un claro desvío de recaudación estatal para convertirse en ingresos de empresas privadas en detrimento de otras empresas privadas.
El que vayan todos los importes de DEX a los I-E quiere decir que no pagarían DEX por los subproductos exportados y esto coincide con lo expresado por la nota publicada por La Nación del día 30 de agosto con el título “Surgieron inesperadas trabas para el nuevo dólar soja”, donde expresa que los I-E le plantearon al gobierno que no quieren seguir pagando anticipadamente DEX por miedo a no poder descontarlos más adelante si el próximo gobierno decide reducir sus alícuotas. Esto es más que una simple coincidencia.
Algunos pueden pensar que esto no es así porque ese 25% es para comprar soja importada, que no tributa DEX, pero esos dólares corresponden a operaciones anteriores realizadas en el país, por lo cual tienen incluidos recursos que nos han quitado previamente