La Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (FAIMA) avisó que ese sector nacional se ve amenazado por la elevada importación de viviendas prefabricadas, que además son bastante precarias. “Es de vital importancia saber que este tipo de paquetes no cumplen con las normativas técnicas del mercado constructivo argentino”, alertaron desde la entidad.
Vicente Mazzittelli, el director del Departamento Construcción con madera de FAIMA, comentó: “Hoy estamos en un contexto de importación abierto que abre sus puertas, en este caso, a la importación de viviendas prefabricadas desde China y Estados Unidos”.
“Esto plantea un desafío significativo para la industria de la construcción argentina. En los últimos meses, han circulado informaciones sobre la posibilidad de adquirir casas prefabricadas a precios muy bajos en dólares, lo que ha generado preocupación en el sector local. Estas viviendas, en muchos casos, se comercializan como soluciones rápidas y económicas, pero su ingreso masivo al mercado nacional podría impactar negativamente en la industria de la construcción y en los miles de empleos que esta genera”, añadió el directivo de la industria.
Desde esa Federación no deploran la construcción con madera sino todo lo contrario. “La madera es una solución potente para la construcción y la arquitectura que permite satisfacer las necesidades de la bioeconomía. Sin dudas es el momento de avanzar hacia la tendencia internacional de la arquitectura sustentable en sus múltiples sistemas y con materiales con menos huella de carbono, que demandan menores recursos y que finalmente logran una vivienda con menor consumo de energía y más amigable con el medio ambiente”, enfatizó Mazzittelli.
Pero según esta visión, eso no implica que haya que importar cualquier cosa, habiendo sobre todo producción nacional. “Comparado con 10/20 años atrás, se puede observar un cambio significativo en la demanda y en la oferta de construcciones con madera. De hecho, hace algunos años, la madera no era considerada un material de construcción relevante en Argentina y se utilizaba principalmente para elementos decorativos o en construcciones rurales. Sin embargo, debido a la necesidad de construir viviendas más eficientes y sostenibles, la madera es hoy cada vez más popular”, indicó.
Con la apertura indiscriminada dispuesta por el gobierno de viviendas terminadas desde el exterior, FAIMA advirtió que ahora “uno de los principales riesgos asociados a la importación de viviendas es la falta de garantías, especialmente sobre el cumplimiento con los reglamentos técnicos y normativas de seguridad vigentes en Argentina”.
“La construcción en el país está regida por el Código de Edificación y diversas normativas que buscan garantizar la seguridad estructural, la eficiencia energética y el confort habitacional. Sin un adecuado control regulatorio, podrían ingresar al mercado viviendas que no cumplan con los estándares mínimos de calidad, generando un problema a futuro en términos de durabilidad y mantenimiento”, opinó el constructor local, que reclamó: “Es fundamental que se establezcan mecanismos estrictos de certificación para las viviendas importadas, asegurando que cumplan con los requerimientos del Instituto de Normalización y Certificación (IRAM) y los reglamentos del INTI”.
“Se debe garantizar que estos productos sean inspeccionados antes de su comercialización, evitando la competencia desleal con la industria nacional, que sí está obligada a cumplir con estas normativas”, reclamó.
A llorar al campito
Ok, todo bien con el reclamo, pero sabes que, cuando querés comprar una casa de madera (wood frame) el contrato que te ofrecen estos nuevos paladines de la garantía no es de obra sinó de venta de materiales, osea ninguna garantía. Además quieren cobrar el 100% cuando firmas, osea antes de la entrega, con lo que además resulta que el cliente termina financiando al constructor. En definitiva, compitan, viejo. No extorsionen más con la pérdida de empleo.