Estimaciones de las Naciones Unidades colocaron al fenómeno de la resistencia antimicrobiana (RAM) como una de las diez principales amenazas sanitarias que enfrenta la humanidad. En línea con esta preocupación, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) realizó un estudio en el que estimó el panorama para los próximos 15 años: Sin intervenciones específicas, el uso de antibióticos en la ganadería podría aumentar cerca de un 30% para 2024.
Parece una buena noticia, pero no lo es: Esto crecimiento no sería saludable porque a mayor uso los medicamentos serán cada vez menos eficientes frente a virus y bacterias que van acumulando resistencias. Por eso hay que lograr reducir las cantidades utilizadas. Y uno de los modos es evolucionar hacia una ganadería más eficiente y menos depediente de los fármacos.
La investigación, publicada en Nature Communications, prevé que de seguir produciendo como hasta ahora, “el uso mundial de antibióticos en la ganadería podría alcanzar las 143.481 toneladas en 2040”, lo que aumentaría en un 30% las estadísticas respecto a 2019.
Sin embargo, esto podría reducirse en un 57% (62.000 toneladas) si se optimiza la productividad ganadera, a través de prácticas de gestión y la eficiencia de la producción.
“Mejorar la eficiencia de la producción ganadera es clave para frenar el uso de antibióticos. Al producir más alimentos de origen animal con el mismo número de animales o menos, podemos reducir la necesidad de antibióticos en los animales de cría y reforzar la seguridad alimentaria mundial”, afirmó Alejandro Acosta, economista del sector pecuario de la FAO y autor principal del estudio.
En esta línea, Junxia Song, oficial superior de sanidad animal de la FAO y coautora de la investigación, dijo: “Las partes interesadas del sector pecuario deben trabajar juntas para mejorar la prevención de enfermedades, reforzar los sistemas de seguimiento e invertir en innovaciones que mejoren la sanidad animal y reduzcan al mismo tiempo la dependencia de los antibióticos”.
Por tal motivo, la FAO puso en marcha la iniciativa RENOFAM, que proporciona orientación en materia de políticas, asistencia técnica y creación de capacidad para ayudar a los países a reducir el uso de antibióticos, al tiempo que promueve la transformación sostenible de la ganadería.
“La FAO está comprometida con la transformación de los sistemas agroalimentarios mediante la reducción de la necesidad de antimicrobianos, como hace la iniciativa RENOFARM, promoviendo de esta manera prácticas sostenibles y salvaguardando la salud pública”, afirmó Thanawat Tiensin, subdirector general y director de la División de Producción y Sanidad Animal de la FAO.
Un aporte clave de ese trabajo es la introducción de un método de conversión de biomasa ganadera, con el que se puede estimar de forma más precisa la intensidad del uso de antibióticos en la actividad.