La sequía aprieta en la Argentina y ya es asunto de interés mundial el daño que provocará a las cosechas de soja y maíz que salen de estas pampas. El mercado internacional esperó con ansiedad, en este contexto, un nuevo informe mensual del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) conocido este jueves.
Ojalá que los gringos tengan esta vez toda la razón: aunque su pronóstico habló de un fuerte recorte en la producción argentina desde el mes anterior, desde 54 a 47 millones de toneladas (7 millones de toneladas, nada menos), la estimación de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires es todavía mucho más catastrófica y se redujo ahora a 42 millones de toneladas. Desde que arrancó la campaña, los analistas de Corrientes 127 redujeron sus números en la friolera de 15 millones de toneladas del poroto.
Ojalá los yanquis tengan razón, por favor. Aunque no parece vaya a suceder. Suele suceder que en este tipo de escenarios que los pronósticos del USDA son más conservadores y que los números finalmente se van ajustando a la baja sobre el final de la campaña.
Vamos por partes. La Bolsa de Cereales de Córdoba emitió un informe dando cuenta de que “en el nuevo informe de oferta y demanda de granos correspondiente al mes de marzo, el USDA recortó las estimaciones de producción mundial de soja en 6 millones de toneladas frente al reporte de febrero, manteniendo inalterada la estimación de maíz y con un ligero aumento de 500 mil toneladas para trigo”. Esto, a nivel global.
Y agrega que “el ajuste en soja se produce principalmente por los efectos de la sequía en Argentina, donde el organismo ahora estima 47 millones de toneladas para la campaña 2017/18 frente a las 54 millones de toneladas del reporte anterior. La baja fue compensada levemente por un aumento en la estimación de producción de Brasil, que pasa de 112 a 113 millones de toneladas” de la oleaginosa.
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El panorama semanal de cultivos de la Bolsa porteña, en tanto, parece ir varios pasos adelantados al USDA. Dice el equipo de estimaciones que “durante los últimos días comenzaron a relevarse importantes pérdidas de área de soja, principalmente en lotes de segunda que transitaron gran parte del ciclo sin lluvias. Bajo este escenario la proyección de producción se reduce a 42 millones de toneladas y no se descarta que las pérdidas de superficie continúen incrementándose durante las próximas semanas”.
En ese sentido, el informe califica como un riesgo latente “la condición hídrica en el núcleo chaqueño y el este de Santiago del Estero, en donde las lluvias se han interrumpido durante las semanas previas y la condición del cultivo empieza a caer, generando incertidumbre sobre el resultado de la campaña en la región NEA”.
En el caso del maíz también el USDA ha sido hasta ahora mucho más optimista que los analistas locales. Los gringos establecieron que la Argentina tendrá un recorte de 3 millones de toneladas en su cosecha, pasando de las 39 millones de toneladas que se aguardaban en febrero a 36 millones de toneladas ahora.
La Bolsa de Cereales, en cambio, dice que “la falta de precipitaciones en gran parte del área agrícola nacional coincidió con el período crítico de definición de
rendimiento de los cuadros tardíos y de segunda ocupación de maíz con destino grano comercial. El déficit hídrico relevado durante las últimas semanas provocó una baja en los rindes potenciales, disminuyendo la proyección de producción del cereal a 34 millones de toneladas”.
En ambos casos la reducción respecto del informe anterior ha sido de 3 millones de toneladas, pero partiendo de diferentes bases.
La Bolsa de Buenos Aires baja a 42 millones su producción esperada de soja y a 34 millones la de maíz. El escenario se agrava y la sequía ya le cuesta al país aproximadamente US$ 2.800 millones, 0,5 puntos de PIB. Fuerte descapitalización en productores más afectados. pic.twitter.com/WEEABupEIh
— Juan Manuel Garzón (@Jgarzon02) March 8, 2018
El economista de la Fundación Mediterránea, Juan Manuel Garzón, actualizó sus cálculos de posibles pérdidas en base a los últimos datos emitidos por la Bolsa de Cereales: ya habla de una pérdida económica de unos 2.800 millones de dólares, equivalentes al 10% del valor bruto de esas cosechas y a 0,5 puntos del PBI nacional.