La Red Nacional de Monitoreo de la chicharrita del maíz (Dalbulus maidis) difundió su informe N° 27, correspondiente al período del 12 al 27 de septiembre de 2025, y confirmó que la presión del insecto vector del achaparramiento se mantiene en niveles bajos en la mayor parte de las zonas maiceras de la Argentina, e incluso en Uruguay.
En total se relevaron 355 localidades de Argentina y 8 de Uruguay, distribuidas en el NOA, NEA, Litoral, Centro-Norte y Centro-Sur. El dato central es que en todas las regiones se consolida una tendencia de retracción poblacional, con predominio de trampas sin capturas o con detecciones mínimas.
En el Noroeste, tradicionalmente considerado área endémica, se relevaron 57 localidades. El 33% no registró adultos y en el 40% de los casos las capturas fueron muy bajas (1 a 4 por trampa). Desapareció la categoría de más de 100 adultos por trampa, lo que refleja un retroceso marcado. La captura más alta se registró en Alto Verde (Tucumán), con 44 adultos por trampa.
En el Noreste se monitorearon 72 localidades. El 70% estuvo libre de detecciones y el 20% mostró niveles bajos (1 a 4 adultos por trampa). Sin embargo, hubo un registro alto en Comandante Fontana (Formosa), con 188 adultos por trampa.
En la región Litoral, con 37 localidades evaluadas, el 92% no registró capturas y el restante 8% apenas 1 a 4 adultos por trampa. El informe destaca que la caída poblacional se mantiene de forma sostenida. En esta región se monitorearon 74 localidades. El 84% no presentó adultos y el 13% quedó en la categoría de baja abundancia (1 a 4 por trampa). No se registraron capturas por encima de 20 insectos por trampa.
El panorama más favorable se verificó en el Centro-Sur, con 116 localidades relevadas: el 97% sin capturas, igual que en el informe anterior. Esto configura un escenario de casi total ausencia en la antesala de las siembras tempranas.
Del otro lado del Río de la Plata se evaluaron 8 localidades. Solo una registró presencia de la plaga, consolidando también allí la retracción poblacional.
El informe advierte que, pese a la baja población detectada, es fundamental mantener la vigilancia durante todo el año, especialmente en períodos de transición estacional como el actual, donde los aumentos de temperatura pueden generar fluctuaciones.
En zonas de siembras tempranas, se recomienda intensificar el seguimiento sobre el maíz implantado. En tanto, en áreas de siembras tardías, cobra relevancia la detección y eliminación de los maíces guachos, que funcionan como “puente verde” para la supervivencia de plagas y patógenos.
Los técnicos también remarcan la importancia de complementar las trampas cromáticas con inspecciones visuales y muestreos con red entomológica, tanto en cultivos como en malezas y cultivos de servicio. Además, recuerdan que durante el invierno pueden encontrarse adultos sobrevivientes con coloración más oscura, y que en primavera-verano predominan individuos más claros y brillantes, un detalle útil para la correcta identificación.
La Red Nacional de Monitoreo de la chicharrita del maíz es coordinada por un conjunto de instituciones del agro, entre ellas AAPPCE, Aapresid, CASAFE, CONICET, CREA, EEAOC, INTA, MAIZAR y Senasa, que aportan logística, recursos técnicos y validación de datos.
Los informes, que se actualizan de manera periódica, constituyen hoy una de las principales herramientas para diseñar estrategias de Manejo Integrado de Plagas (MIP) frente a un vector que el último año provocó pérdidas millonarias en la producción de maíz argentino.