Tal como habían prometido los funcionarios del Ministerio de la Producción, el presidente Mauricio Macri se puso al frente de la “caravana de la competitividad” que llegó este miércoles hasta Armstrong y Las Parejas, donde juegan de local los fabricantes nacionales de maquinaria agrícola.
Tras una multitudinaria reunión, el comunicado oficial instaló como “objetivo fundamental de aumentar las inversiones y exportaciones del sector”. Es decir, esquivó una definición respecto del que viene siendo el principal reclamo de los fabricantes locales, que ponen reparos ante el fuerte crecimiento de las importaciones, sobre todo de cosechadoras y de tractores.
“Los principales objetivos son mejorar la competitividad del sector, duplicar las inversiones para alcanzar los 1.000 millones de dólares entre 2018 y 2020, y mejorar el perfil exportador. Hoy las exportaciones son apenas el 15% de la producción, con muy baja diversificación de destinos”. indicó el comunicado de Producción que la puso el moño a esta nueva mesa de competitividad.
En Armstrong recorrimos la planta de Crucianelli, una PyME líder en el mercado de sembradoras que exporta sus productos a 15 países pic.twitter.com/ChyQttnSPD
— Mauricio Macri (@mauriciomacri) April 25, 2018
La cartera que conduce Pancho Cabrera presentó un trabajo en el que aseguró que las 700 fábricas y talleres que conforman la industria local de maquinaria agrícola tienen “un potencial para exportar autopropulsados y sembradoras por 100 millones de dólares e implementos, partes y otras máquinas por 600 millones”.
Ver: La maquinaria agrícola importada ya ocupa casi 25% del mercado
Por supuesto, nadie espera definiciones de una primera reunión, que además fue multitudinaria. Las definiciones llegarán posiblemente de cuatro comisiones de trabajo que fueron creadas, y que tendrán que ponerse las pilas para ofrecer resultados antes de la próxima reunión de la Caravana, pautada para dentro de 60 días.
Las cuatro comisiones son:
- Impuestos y marco normativo: saldo técnico de IVA y temáticas provinciales (ingresos brutos, costos registrales y compatibilización de códigos de vialidad provinciales).
- Financiamiento: a la demanda interna, externa y para la transformación productiva del sector, entre otras líneas para desarrollar con el Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE).
- Calidad e internacionalización: estandarización de partes, conectividad, convenios de cooperación y trabajo con las embajadas y mecanismos de financiamiento para I+D, entre otros puntos.
- Competitividad de los factores de producción: temáticas laborales (ej. Adhesión de las provincias a la ley de ART y capacitaciones) y de provisión de insumos.
Tras elogiar la importancia del sector agroindustrial para el entramado de pequeñas ciudades del interior productivo, Cabrera anticipó que “estamos desarrollando una línea de financiamiento con el BICE para que el sector duplique sus inversiones y exporte cada vez más. En cuanto a temas impositivos, estamos abordando la problemática del saldo técnico del IVA, que trabajaremos junto con la AFIP”.
La reunión tuvo lugar en el Centro de desarrollo tecnológico para la industria de maquinaria agrícola (CIDETER) ubicado en Las Parejas, Santa Fe, y contó con la presencia del gobernador de Santa Fe, Miguel Lifschitz; el ministro de Trabajo, Jorge Triaca y su par de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere. Éste destacó: “Desde el gobierno llevamos a cabo políticas que posibilitan a los productores renovar su parque de maquinarias y esto se refleja, por ejemplo, en la venta de tractores en 2017, la cual fue la mejor de los últimos 13 años”. El ministro agropecuario no dijo nada respecto de que este año estos números no se repetirán, por el duro impacto de la sequía.
Ver: Mario Bragachini: “Se espera una reducción del 28% en las ventas de maquinaria agrícola”
En Argentina, el sector de la maquinaria agrícola emplea aproximadamente 13.000 trabajadores de manera directa y 30.000 de manera indirecta, en especial en Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires. El 96% de las empresas del sector son Pymes, que exportan un promedio anual de 255 millones de dólares. La nueva meta oficial implicaría cuadruplicar esos negocios.
Lucio Castro, secretario de Transformación Productiva y principal interlocutor del gobierno con el sector, consideró que la actividad “tiene una enorme capacidad innovadora que queremos convertir en factor de competitividad e inserción internacional. Con la difusión de nuevas tecnologías y la digitalización, se puede transformar no sólo en un proveedor de equipos sino también de servicios vinculados al uso de las TICs en la producción agrícola”.
Ver: Fabricantes locales, en alerta por la importación de maquinaria agrícola
Antes de la reunión, el presidente Macri y el ministro Cabrera realizaron una visita a la empresa Crucianelli, en la vecina Armstrong. Fue todo un gesto, y no solo porque la firma emplea a 140 trabajadores y porque se encuentra ejecutando una ampliación de su planta por 15 millones de dólares, en una de esas inversiones tan reclamadas por el Gobierno. Fue un gesto sobre todo porque Raúl Crucianelli, su titular, es a la vez presidente de la Cámara Argentina de Faricantes de Maquinaria Agrícola (Cafma) y una de las voces más críticas ante la competencia desleal de las fabricas internacionales.