Durante la mañana de hoy martes se publicó la resolución que da marco a los anuncios realizados por el Gobierno Nacional en días previos, en el que se reglamentan las nuevas disposiciones para los empresarios agroexportadores, dando forma a un nuevo mecanismo de Dólar Soja, o Programa de Incremento Exportador según su nombre oficial.
El objetivo de este nuevo mecanismo es el mismo que sus precedentes, pero con una novedad, ya que se busca mejorar el precio de venta de soja a los productores en el mercado interno, gracias a la libre disponibilidad del 25% de las divisas obtenidas por el comprador.
De esta forma, se espera que los exportadores puedan mejorar sus precios a los productores, estos vendan la soja que poseen, y el gobierno obtiene beneficios al tener el mercado activo donde puede cobrar por los derechos de exportación.
Ante esto, asociaciones de productores como exportadores se mostraron en desacuerdo de esta medida, a tal punto que Carbap, la Confederación de Asociaciones Rurales de La Pampa y Buenos Aires, recomendaron “comercializar lo mínimo necesario para saldar los compromisos asumidos”.
Ahora, la pregunta por estas horas tiene que ver con la cantidad disponible de porotos en manos de los productores, o los negocios que se pueden llegar a fijar de la cosecha actual.
Es que de acuerdo a lo explicado hoy por los mentores de esta herramienta, las operaciones comprendidas en este programa tendrán como fecha límite de embarque el 30 de septiembre de 2024. Es decir, que más allá de la soja 2022/23 pendiente de comercializar, podrían anotarse negocios correspondientes a la cosecha de soja 2023/24, que todavía no comenzó.
La Bolsa de Comercio de Rosario le puso número a esa cantidad, despejando algunas dudas sobre las existencias: “Al 23 de agosto, quedarían por comercializar poco menos de 7 millones de toneladas (Mt) de soja 2022/23. Si sumamos el volumen de mercadería comercializada con precio por fijar, restaría ponerle precio a casi 11 Mt de soja. Asimismo, hay comercializadas 0,8 Mt de soja 2023/24, pero poco más de 0,1 Mt tienen precio en firme”.
De esta forma, la entidad rosarina explicó el mecanismo que se dará a partir de ahora para la comercialización de la oleaginosa.
“Si el embarque de las DJVE (declaraciones juradas de ventas al exterior) anotadas en el programa es en septiembre, corre el régimen general de DJVE comprendido en la ley 21.453, y sus modificatorias. Sin embargo, si el exportador compra soja en el marco del programa y no anota la venta al exterior, deberá abonar una suma en concepto de adelanto de derechos de exportación (DEX). Este adelanto será sobre el 45% del valor negociado en el mercado de cambios (la mitad de lo establecido en el Decreto 1177/1992, que es del 90%); es decir, del 75% que debe liquidarse en el MLC”.
Además del tecnicismo utilizado por los especialistas, se explicó que, en términos efectivos se abonaría DEX sobre el 33,75% (45% del 75%) del valor del producto a exportar. “Esto es, considerando la alícuota vigente del poroto de soja de 33%, se tendría un adelanto fiscal efectivo del 11,1% del valor a exportar. En un escenario de potencial modificación del tipo de cambio, este crédito fiscal corre el riesgo de perder su capacidad de tributación”, dijeron.
Cabe destacar que ésta representaría la quinta edición del Programa de Incremento Exportador (PIE V). A modo de breve resumen, el primer programa se desarrolló durante el mes de septiembre de 2022 con un tipo de cambio diferencial de $200/US$. El segundo PIE se desarrolló entre noviembre y diciembre del 2022 con un tipo de cambio de $230/US$, aunque se permitió el anote de DJVE hasta el 20 de enero.
Por su parte, el PIE III comenzó el 10 de abril de este año, con un tipo de cambio de $300/US$, incorporando más productos, pero manteniendo a la soja en el programa hasta el 2 de junio del 2023.
La salida de la soja del programa en el día hábil 35 se observa con claridad en la disminución de liquidaciones. Finalmente, el PIE IV o “Dólar Agro” tuvo como protagonista al maíz, sin incorporar a la soja en esta oportunidad.