Aunque optó por estudiar la carrera de agronomía, el camino profesional de la pampeana Paulina Lescano la llevó a especializarse en el análisis del mercado granario. Su recorrido por los distintos eslabones del sector exportador de granos la ayudó a comprender los vaivenes comerciales que afronta, y a manejarse en situaciones donde el panorama local e internacional cambia de un minuto a otro.
Esa inmediatez que a muchos otros los estresaría, a ella le atrae a tal punto que desde el domingo por la noche, cuando Sergio Massa anunció el lanzamiento del “dólar soja” a 200 pesos hasta el 30 de septiembre, se encuentra intercambiando mensajes con productores para conocer el impacto y los alcances de la medida.
“Hace bastante que venimos con muchas dudas, porque tenemos tantas diferencias entre nuestro mercado y el internacional que a todas las noticias exteriores de volatilidad se nos suma el factor local. Quizás la principal consulta que recibo es que no está totalmente claro cómo es la implementación. Inclusive yo era bastante incrédula. Hasta que no vi que se pagó realmente ese valor pensé que iba a ocurrir lo mismo que pasó con las medidas que se tomaron antes. Pero igual quedan muchas cosas por aclarar”, dijo a Bichos de Campo Lescano.
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-¿Cómo haces para mantenerte informada en un contexto tan cambiante?
-Son muchísimos elementos. Lo más importante para el productor es ver el número local porque es el que va a tener él para utilizar. Pero quienes estamos de mí lado no podemos dejar de mirar referencias internacionales, porque el maíz y la soja siguen la evolución de los precios internacionales dado que un alto componente de esa producción se exporta. ¿Cómo hago para seguir eso? Veo lo que pasa en China, en Europa, en Estados Unidos, en Brasil y luego bajo eso a Argentina. Ahí empezás a ver cómo está la exportación vendida, cómo vienen las fábricas, cómo viene vendiendo el productor. Es un montón de información característica local, que no pasa en ninguna otra parte del mundo. Pensemos que el productor de acá no solo tiene que ver el valor en dólares por tonelada, sino que tiene que ver la brecha, el tipo de cambio, cuándo le pagan, si puede comprar algún tipo de dólar o no, etc.
Esas referencias internacionales que Lescano toma tienen que ver no sólo con el mercado de los commodities particularmente, sino también con la legislación global en general. Un ejemplo de eso tiene que ver con los niveles de inflación que el mundo registra, acelerada principalmente por la pandemia, para los que debieron aplicarse medidas de control y que en varios países de tradujeron en recesión.
¿Qué dice el decreto con que Massa espera tentar a los productores a que venden su soja disponible?
“Para evitar que las economías colapsaran, los organismos internacionales tomaron un montón de medidas contrarias a las que se están tomando ahora, que generaron o fueron responsables de esa inflación. La inflación no es que vino de un día para el otro. Ellas generan preocupación porque se traducen en recesión. Ese menor crecimiento es menos demanda de todo”, indicó.
A ese factor la analista sumó la invasión de Rusia a Ucrania y la crisis energética que afronta Europa, que impulsaron a la inflación internacional a los valores más altos en los últimos 40 años.
“Para contrarrestar eso, las medidas aplicadas generaron una caída fuerte en el petróleo, el trigo perdió todo el ganado tras la invasión, y los fertilizantes aumentaron su precio. Recordemos que Rusia pasó de restringir el envío de gas a cortarlo del todo Esa crisis energética que hace que las fábricas funcionen menos y es justamente menor oferta y menor actividad. Y si a eso le sumas la relación siempre tensa entre China y Estados Unidos, bueno. Por eso siempre trato de alentar a los productores a tomar decisiones mirando su empresa y las variables locales. No pueden estar mirando eso”, señaló Lescano.
-De cara a esas variables locales, ¿cómo ves el impacto de las medidas anunciadas por Massa recientemente?
-Yo creo que todo ese tipo de medida son un parche que a la larga generan más distorsiones de las que ya tenemos. En este caso es solamente para soja, negocios y fijaciones. ¿Qué pasa con los consumos que producen como un feedlot? Por otro lado siempre quedan cosas que faltan definir. Si vos me preguntas si es una oportunidad para determinados productores, yo creo que para determinados productores que tienen necesidad en el corto plazo es para aprovechar. Básicamente lo que se generó es una caída brusca en la brecha del tipo de cambio. Ahora la gran duda es si se puede acceder al dólar MEP. ¿Para qué te sirve esa reducción de la brecha de cambio si no sabés si la podés usar? Si esa soja te da $72.500 y la transformar en dólares oficiales, eso te da mayor poder de compra. Ahí sí veo ventajas puntuales.
-Hay quienes se quejan de eso diciendo que esto favorece a los grandes exportadores, en detrimento de otros sectores agropecuarios, a quienes les daremos un dólar a $200 con chance de luego comprar a $14. ¿Cómo ves eso?
-Sí es que eso es lo que generan las distorsiones y este tipo de medidas. Los bodegueros están pidiendo ahora un dólar Malbec, es una distorsión total. ¿Y por qué eligieran la soja pudiendo elegir a todas las exportaciones? Porque la soja es la que el presidente dijo que tenía 20 mil millones de dólares retenidos. Si vos lo trasladás al valor que realmente recibe el productor, son 4 mil millones. Ya de arranque eso es una distorsión en la noticia. El complejo sojero es el responsable de más del 60% de ingresos de divisas. Eso es lo que gobierno quiere que se reactive. Con cualquier tipo de medidas tan distorsionadas siempre va a haber gente que va a tener mucha más oportunidad o más ventajas que otra.
A continuación agregó: “En realidad es malo para un mercado que haya este tipo de medidas. Imaginate que es una medida que se toma sólo para soja, hasta el 30 septiembre. Son cosas que existen acá en Argentina. En un mercado normal, la libre de oferta y demanda no requeriría siquiera un decreto para incentivar la venta. El mercado sólo se regularía solo”.
-Lo cierto es que los productores deben asegurarse la próxima campaña y el acopio es una forma de guardar valor.
-Sí, son muchos elementos. Lo básico es que el productor tomó un montón de riesgos desde el momento en que decidió sembrar hasta el momento en que cosecha la soja y hace lo que quiera hacer con ella. Ese sería el principio básico de un mercado normal. Y después en muchos casos tienen un presupuesto financiero que cumplir durante todo el año que van distribuyendo. Por otro pensá que estamos encarando la campaña 2022-2023 con sequía.
-Es el tercer año consecutivo.
-Claro, las perspectivas son de tercer año de Niña. Hasta que no veamos una buena llegada de lluvias que nos permitan empezar a pensar de lleno en el 2023, las ventas se demoran. Si estamos anticipando que puede ser otra campaña complicada y alguien todavía tiene soja, voy a tratar de tenerla como resguardo.
-¿Qué le recomendás a los productores entonces frente a este panorama?
-Primero sentarse una hora a la semana como mucho e ir definiendo qué es lo que tienen que hacer de forma urgente y qué cosas pueden esperar. En segundo lugar, quien hoy tenga soja y pueda aprovechar la medida es para aprovecharla, principalmente para hacer canje de insumos en el caso de que no los tenga. Esa relación insumo producto en muchos casos mejoró. La otra recomendación es que aprovechen los mercados de futuros porque si bien pueden tener necesidad financiera a lo largo del año, si en el mercado internacional se dan mayores bajas, eso se traslada al dólares por tonelada a nuestro mercado. El productor si tiene por ejemplo necesidades a noviembre o diciembre, puede utilizar los mercados de futuros y opciones y poner pisos sin necesidad de vender. Si hay un cambio en el tipo de cambio, eso en ese momento se va a acoplar a lo que pasa en el mercado afuera.