El próximo 22 de marzo se celebrará el Día Mundial del Agua, cuyo lema para este año apunta a la conservación de los glaciares, algo clave a la hora de pensar en mitigar el estrés hídrico global.
En la actualidad, se estima que casi 2.000 millones de personas dependen del agua de deshielo de los glaciares, no solo para el consumo sino para llevar adelante producciones agrícolas, industriales y energéticas. Sin embargo, el acceso a ese recurso se encuentra cada vez más limitado. Según datos de la OMS y Unicef de 2023, 2,2 mil millones de personas en el mundo carecen de agua potable. En Argentina, ese número ronda los 500 mil habitantes.
En este escenario cobra relevancia una aliada de la que poco se habla, pero que tiene injerencia en los distintos tratamientos de agua que se realizan. Se trata de la cal, un mineral que participa en procesos de potabilización del agua, desalinización de aguas de mar y saneamiento de aguas residuales.
“La cal es un insumo estratégico en el tratamiento del agua. No solo permite la potabilización, sino que también mejora el saneamiento de efluentes domiciliarios e industriales, promoviendo un modelo de economía circular”, explicó Melina Berdanelli, representante técnica-comercial del Grupo Calidra Argentina, encargada de abastecer este mineral a plantas potabilizadoras locales.
Según aquella firma, el uso de la cal es clave en la regulación del pH, la coagulación, la eliminación de bacterias, la estabilización de contaminantes y la remineralización. En otras palabras, “no sólo es un insumo indispensable para la potabilización, también es clave en el proceso químico que convierte aguas oceánicas y de desagüe domiciliario e industrial en aguas de apto consumo”.
En el caso del agua de mar, luego de la etapa de filtrado y de ósmosis inversa (proceso de conversión de agua salada en dulce), hay una última fase de tratamiento y almacenaje donde la cal es utilizada para remineralizar aguas sin sales, pobres de cationes y aniones, y de esta manera obtener un recurso apto para el consumo humano.
En Argentina, en particular, Calindra junto a Aguas y Saneamientos Argentinos (AySA). En la región, también acompaña a empresas sanitarias y potabilización, por ejemplo a aquellas ubicadas en Chile, reafirmando su compromiso con el acceso a agua segura y la sostenibilidad ambiental.