Juliana López de Armentia viajó muchísimos kilómetros, desde Esquel, en Chubut, hasta El Soberbio, en Misiones, para participar del Congreso de Aromáticas, dedicado a revisar algunos avances en materia de extracción de aceites esenciales de ciertas y curiosas plantas.
Ella en eso es una experta, pues como ingeniera química dirige una Unidad de Extracción de Aceites Esenciales dependiente del INBIES (Instituto de Biotecnología de Esquel) de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco. Justamente ese laboratorio fue pensado para prestar servicios a los productores de toda aquella región que producen aromáticas pero no tienen instalaciones propias para hacer el proceso de destilado.

“En realidad, allá hay muchos productores locales de lavandín. Es una variedad de lavanda, un híbrido de la lavanda, Son actualmente, más o menos, cuarenta productores diferentes que nos traen sus plantas de lavandín. Fue hace como 25 años que se hizo un proyecto junto con Francia. Había tres propuestas de lugares en el país para instalar esta planta, y se eligió la ciudad de Esquel. Ahí comenzó todo”, resume la investigadora.
La razonabilidad de la existencia de este pequeña planta de Esquel en manos de una universidad es casi obvia, ya que “para cada productor tener una planta de extracción sería imposible, es muy caro. Es un equipamiento que es todo de acero inoxidable, es muy costoso”.
Mirá la entrevista completa:
Juliana, además de extraer los aceites esenciales de esa especie vegetal característica de aquella zona, es una curiosa investigadora de otras potenciales plantas nativas de la Patagonia que pueden ser destilables. También estuvo realizando unos ensayos para extraer los aromas de muestras de orégano que le habían enviado desde Mendoza.
“Todo lo que encuentro lo destilo, es así. Voy caminando y digo ‘mirá, esta no la probamos’. Y bueno, ¡al destilador! Yo trabajo desde hace cinco años en la destilería, y al principio lo querés destilar todo…
-¿Y todo se puede destilar?
-No, no todo, pero la mayoría de las plantas sí, sobre todo las que tienen olor…
López nos explica que el método, que consiste en calentar agua para hacer vapor, que atraviese las plantas y se lleve con el los aceites esenciales, se llama “destilación por arrastre con vapor de agua”. Y completa: “Hay muchas técnicas para extraer los aceites. Otra, por ejemplo, es la hidrodestilación”.
En la planta de Esquel, ellos y sus ayudantes disponen de tres equipos de distintas escalas, y los tres operan con esa misma técnica de destilación por arrastre con vapor de agua. Es un método efectivo, pero poco productivo, ya que de un montón de materia prima sacás unas pocas gotitas de la esencia.
Pero a Juliana le parece todo lo contrario. “Con el lavandín, que es el que mayor cantidad de productores tenemos en la zona, el rendimiento máximo es de cincuenta mililitros por kilo de lavandín. Es un montón. Pensá que el destilador, nosotros tenemos tiene doscientos kilos”.

-Entonces, planta que se te cruza, que tiene cierto aroma, vos decís que potencialmente es destilable.
-La probamos, sí. Ahora ya estoy un poquito más calmada, como que no me quedan muchas.
-Y de esa zona ¿qué plantas tienen potencial además del lavandín?
-Yo ahora las que elegí para este congreso fueron de nativas, que son plantas que tenemos nosotros allá, una se llama palopiche, otra se llama neneo, otra se llama senecio, y la cuarta que traje es la paramela.
La ingeniera química confiesa que en esos casos los rendimientos en aceite no han sido muy elevados, de a los sumos 2 o 3 mililitros por kilo de materia prima.
-¿Y para qué sirven? ¿Son fragancias?
-Son aceites esenciales, no son fragancias. Tienen propiedades medicinales. En todo caso, se extrae el aceite esencial para buscarle funciones y eso viene relacionado con los terpenos. ¿Qué son los terpenos? Algo así como que te dijera la sangre. Cada planta, cada aceite esencial, está conformada por distintos terpenos, que estas son sustancias químicas. Es como su identidad, digamos. Cada una tiene sus terpenos, y cada terpeno le da una propiedad diferente.
En el mismo laboratorio, una vez obtenido el aceite y si el productos así lo desea, ellos hacen además los análisis sobre la composición de cada aceite obtenido, para conocer sus propiedades. “Después, lo que vos hagas con tu aceite…”




