Cannabis sativa, cáñamo de la India, o cáñamo cultivado son algunas de las excepciones que recibe la marihuana, un cultivo que a través de la Ley 27.350 sancionada en 2017 tiene abiertas -aunque muy parcialmente- las puertas para ser estudiada e investigada con fines medicinales en la Argentina.
La útima novedad en esta saga inevitable es que el Ministerio de Seguridad habilitó el que sería el primer centro legal para cultivar marihuana y elaborar aceite de cannabis medicinal. El proyecto será llevado a cabo por una sociedad integrada por una empresa estatal jujeña y otra firma estadounidense. Funcionará en la histórica Finca El Pongo, en Jujuy, sobre campos propios del gobierno provincial. Aliado del gobierno, el gobernador Gerardo Morales, terció mucho por esta primera experiencia. Y lo logró.
Hernán De Arriba es el ingeniero agrónomo que trabaja en la parte técnica del proyecto, junto a Gaston Morales, hijo del gobernador. “El proyecto está articulado entre Nación y provincia, donde también participan los ministerios de Salud y de Seguridad”, explicó a Bichos de Campo.
De Arriba comentó que conformaron la empresa estatal Cannabis Avãtara Sociedad del Estado (SE), a raíz de haber obtenido los permisos, pero que vienen algo demorados en lo que hace a la fecha óptima para producir el cultivo.
El agrónomo explicó que trabajan en paralelo con el INTA para iniciar la fase de prueba en ambiente controlado. Comenzaron en una sala acondicionada dentro de la misma finca, y pasarán luego al cultivo bajo cubierta, en invernadero. “De allí seguiremos con las pruebas a campo
sobre una superficie de 5 a 15 hectáreas, en donde evaluaremos el comportamiento del cultivo. Y de ahí pasaríamos en los próximos cinco años a una escala industrial de 500 hectáreas o más”, se entusiasmó.
La proyección que tenga esta prueba piloto, que derivaría en la producción de aceite a partir de agosto si se cumplen los plazos esperados, dependerá, según De Arriba, “de los distintos acuerdos que se hagan con las empresas interesadas” en comercializar el aceite de cannabis con fines medicinales.
“El Estado pondrá las tierras que son de la provincia, y regulará y supervisará los acuerdos”, aclaró el agrónomo.
Escuchá lo que nos decía Hernán de Arriba:
El primer acuerdo logrado hasta el momento es con Green Leaf Farms, una empresa estadounidense que invertirá inicialmente unos 500.000 dólares. La posterior instalación de una planta y del laboratorio para obtener el aceite puede costar hasta unos 5 millones de dólares, según describió De Arriba, quien además es vicepresidente de Cannabis Avatara SE.
¿Y cómo se repartirán las ganancias? De Arriba aclaró que “el acuerdo comercial con la empresa norteamericana es que ésta obtendrá el 30% del producto, y luego hay distintos acuerdos que tienen que ver con la etapa de proceso e industrialización”.
En la Argentina, está permitido utilizar este aceite para tratamientos de casos de epilepsia refractaria, aunque es habitual que lo demanden (sobre todo de contrabando desde Uruguay) muchos enfermos de cáncer.
Como antecedente, el gobierno de Santa Fe espera desde hace más de un año la autorización del Gobierno nacional para importar marihuana desde Uruguay y poder producir aceite medicinal en el Laboratorio Industrial Farmacéutico Sociedad del Estado (LIF). Por esa razón, un grupo de madres de chicos enfermos presentó un amparo para poder “autocultivar”.
Recientemente la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó que la marihuana sea excluida del listado de drogas peligrosas, en el que fue incluída recién en 1991.
Uruguay es el primer país de la región en regular el uso de marihuana no solo con fines medicinales sino también recreativos. Canadá es otro de los países que habilita su consumo y producción, y algunos estados de Estados Unidos también admiten el uso recreativo de esta hoja.
En lo que refiere al uso terapéutico, el mismo está aceptado en países europeos como Inglaterra, Dinamarca, Holanda, República Checa. Y en Latinoamérica, Brasil y Perú.