“En lo personal a mí me encanta y por eso decidí dedicarme a esto. Lo que ocurre es que aquí no hay muchos lugares para trabajar en desarrollo de maquinaria agrícola; hoy la vanguardia está en el exterior, no en la Argentina y con un ejemplo basta para visualizarlo: Llegamos a tener más de 20 fábricas de tractores y hoy son apenas un puñado que se dedican mayormente al ensamblaje”.
Quien habla es Juan Pablo D´Amico, ingeniero agrónomo especializado en maquinaria agrícola. Lo primero que dice es que en ese rubro se da una paradoja: si bien es un sector de gran importancia y que mueve muchísimo dinero, no hay tantas personas que se dediquen a esto en la Argentina, simplemente porque no hay mucho campo de acción.
Juan Pablo trabaja en la Estación Experimental del INTA Hilario Ascasubi, en el sur de la provincia de Buenos Aires, y es el responsable de haber creado hasta el momento 5 aplicaciones que son calibradores de maquinaria agrícola. Tres de ellas son de la serie “Criollos”, pensada para pulverizadora, para un atomizador para fruticultura y para una mochila. También hay dos aplicaciones llamadas “Camperos”, que son para sembradoras y para fertilizadoras, esta última lanzada en marzo 2022.
Según los registros hay 5.000 usuarios activos de estas aplicaciones que son gratuitas y 20.000 descargas en total hasta el momento. “La interacción con los usuarios ha sido clave ya que muchas de las mejoras surgieron de los comentarios de quienes las usan en el campo y día a día”, detalla. “Las Apps son livianas y tienen un diseño intuitivo para que cualquiera las pueda utilizar. Además, pronto ni siquiera será necesario descargar las aplicaciones ya que estarán disponibles para ser usadas online”.
“A través de estas aplicaciones es posible volcar la información existente para que esté disponible para el productor y la pueda aprovechar”, explica D´Amico. “Por ejemplo, permite almacenar la información de los realizado en cada lote y eso agiliza el manejo de los campos a la vez que permite y evitar desperdicios de producto por aplicaciones fallidas; las empresas Case y New Holland ya tienen incorporada esta tecnología”.
“Investigar en maquinaria agrícola implica desarrollar soluciones mecánicas, electrónicas y digitales para hacer más eficiente la producción y reducir lo que se llama la `penuria del trabajo`, como se dice en muchos textos y manuales, es decir, reducir el esfuerzo necesario para realizar determinada actividad en el campo y en este sentido también implica mejorar la vida de quienes trabajan día a día en tareas rurales”, explica.
En relación al método de trabajo, los pasos son como los de toda investigación donde primero se identifica un problema que hay que resolver. La diferencia, explica el especialista, es que el caso del INTA también deben analizar si el problema detectado incluye el rol social de la institución, que tiene que ver con mejorar las condiciones laborales del trabajador rural, como posibilitar que realice sentado y con mayor comodidad una tarea que históricamente se hizo de pie y forzando la cintura, por poner un ejemplo.
A la vez D´Amico coordina proyectos de mecanización de cultivos intensivos, como la poda de frutales. Esto va más allá de crear una herramienta puntual para dicha poda e implica diseñar sistemas de plantación, pensar las distancias entre árboles y evaluar variedades que toleran la poda mecánica, entre otros factores.
“En lo que es mecanización de la horticultura hay muchas actividades manuales y en este caso también el objetivo no es reemplazar el trabajo de las personas sino mejorar las condiciones en que se realiza la actividad”, enfatiza.
“Hay cosechas que son delicadas, como ocurre con el anco o el repollo, verduras que si se golpean tienen poca durabilidad en buen estado cuando son almacenados. Entonces, en vez de tener que llevar a mano cada una de las piezas cosechadas se podría implementar una cinta transportadora que alivie ese paso de transporte humano”.
En este momento Juan Pablo está desarrollando un micro-tractor de baja potencia para traccionar elementos de menor porte, por ejemplo dentro de un invernadero. También trabaja en mejorar el proceso de poscosecha de la cebolla a través de la creación de una estación (una estructura tipo bar de playa) para que la gente trabaje más cómoda, sentada y a reparo del sol y del viento.
“Lo importante en esto es resolver un problema”, asegura D´Amico. “No siempre hay que pensar en una mega-maquinaria de alta tecnología; es más, aunque el invento presentado ni siquiera sea totalmente novedoso si resulta útil y práctico, misión cumplida: muchas veces se trata de cosas simples pero que mejoran muchísimo las condiciones de trabajo y la calidad del producto final”.