Javier Rodríguez, el ministro de Desarrollo Agrario de la Provincia de Buenos Aires, es a la vez el principal referente de Axel Kicillof en materia de política agropecuaria, ya que lo acompaña incluso desde que el actual gobernador era ministro de Economía. Ya van perfilándose las cosas para la elección presidencial de 2023 y el funcionario aceptó mantener una larga charla con Bichos de Campo en el marco de la Fiesta del Tomate Platense, para hablar de su gestión y de la relación que tiene su sector político con los productores.
-Vos decís que la gestión de Kicillof ha sido ‘pro agro’. ¿Por qué lo decís?
-Bueno, porque tiene políticas productivas muy claras. Para nosotros una línea de trabajo fundamental es todo el financiamiento. Yo creo que hay mucho más financiamiento que en los esquemas económicos del gobierno anterior.
-¿Hay más crédito en esta época de Axel que con Vidal?
-Si hablamos de la provincia de Buenos Aires, no hay ninguna duda de que este es un gobierno productivo. Y la verdad es que lo que teníamos antes desconocía la producción y no tenía ninguna política. Y en esto hay que ser categóricos.
-Sin embargo, aquella gestión parecía ser mucho más “amiga” de la producción… Yo lo veía al ex ministro (Leonardo Sarquis) en todos los actos. Ese es el dilema que yo quiero resolver.
-Sí, es verdad, se sacaba muchas fotos pero no hacía nada. Por ahí uno se puede sacar una foto un día, dos días, tres días, ponele. Pero cuando pasan los años y se ve que no se hace nada, creo que la gente lo ve y lo entiende. La verdad que yo estoy todo el tiempo con la producción y con los productores de la más distintas líneas y miradas, charlando, porque creo que nosotros tenemos una mirada productiva, entendemos que el sector agropecuario cumple un papel muy importante. Yo siempre digo que necesitamos de todos los sectores productivos y por supuesto el sector agropecuario tiene una parte muy importante. Esto hay que explicarlo porque si no, a veces lo que ocurre es un poco lo que vos decís.
-Yo veo que quedan los latiguillos. ‘Axel es anti campo”. “El PRO está a favor del campo”. Pero la verdad supongo que debe haber un montón de grises.
-Axel es claramente productivista y esa es la primer definición sintética que nosotros expresamos, en términos de generar un desarrollo que implique un bienestar de todas las personas. Pero ese desarrollo sin ninguna duda tiene un eje, un pilar en la producción, que es en definitiva el trabajo para nosotros. Esas son las premisas fundamentales que explican también nuestro trabajo y nuestra tarea cotidiana.
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-Entonces, como ministro agropecuario de Axel, ¿sentís que que han desplegado una política productivista?
-Sí, pero no es solo una cuestión de sentir. Nosotros implementamos el programa de Buenas Prácticas Agrícolas en la provincia de Buenos Aires. Implementamos el programa de mejora de la ganadería a través de la prevención de venéreas. También el programa de Caminos Rurales. Yo te hablaba antes del financiamiento. Hay un trabajo enorme, que a veces cuesta sintetizar, en materia de innovación y desarrollo tecnológico. Todos esos componentes te hacen tener políticas productivas específicas. Para cada producción tenemos una política productiva específica.
-De algo doy fe es que le dieron manija a las estaciones experimentales que tenía la provincia, como esta de Gorina…
-Estamos registrando tres nuevas variedades de tomate y eso es el impulso de esta gestión. En cada experimental hicimos avances significativos, como una planta que permite elaborar la producción de tomate, porque la verdad que tenemos un cordón hortícola que prácticamente no industrializa su producción y tenemos que generar instrumentos para que haya una mayor industrialización. Además todos sabemos que la producción hortícola tiene sus ciclos, un momento de gran oferta y poca demanda, y después es inverso. La industrialización te estabiliza un poco esos ciclos. Yo siempre digo que estos son procesos de muchos años, pero que necesitamos encararlos, que necesitamos explicarlos. Por supuesto que lo que queremos es que no sean solo decisiones de un gobierno sino que sean políticas de estado, que se entienda que necesitamos industrializar.
-Cuando vos hablás con los del PRO, con los macristas, llevarse bien con el campo es más bien no hacer política activa sino “dejar que el campo fluya”. Entre eso y que el Estado intervenga en todo hay un abismo. Este es otro dilema que la Argentina no resolvió demasiado bien. Es blanco o negro. El Estado siempre o el Estado nunca.
-Por supuesto que sí (debe intervenir), mejorando la infraestructura, mejorando el financiamiento, apoyando y desarrollando innovación tecnológica y después generando políticas específicas para las distintas producciones. Un ejemplo es el problema de venéreas. Los productores necesitan de un Estado que esté diciendo que hay que ir por acá y que todos los productores tenemos que ir por este lado, para que la mejora sea efectiva. Si un productor hace pero el de al lado no lo hace, no tiene resultado. Bueno, ahí se requiere del Estado en tanto representante del conjunto de la sociedad, actuando con ese sentido fundamental y generando una política concreta.
–Me imagino que en un país tan inestable, con una economía tan inestable, vamos a coincidir en que estamos en un mal contexto económico como para agregar valor y generar políticas de largo plazo. ¿Acá el Estado tiene que acompañar también?
-Sí, totalmente. Tenemos que entender que el agregado de valor no es un proceso automático. No es que yo me siento a esperar y se va a dar en 20 años. No, lamentablemente no. Se necesita de un Estado que esté indicando que hay que ir para este lado. Nos tiene que quedar en claro es esto no es un proceso automático, que se requiere del Estado para generar más industrialización y eso yo también lo veo en muchos distritos. A veces uno se pregunta si distritos con una ganadería que posiblemente tenga un siglo o más, por qué no tienen una sala de faena.
-Ustedes han inaugurado y están en proceso de inaugurar un montón de salas de faena, no solo de vacunos. ¿Tiene que ver con este concepto de agregar valor en el lugar?
-Lo que hay que a veces articular es que los carniceros se encuentren con los productores y digan bueno muchachos, hagamos un proyecto que nos interese y empezamos a agregar valor acá. A veces directamente el Estado también tomando la iniciativa en ese sentido.
-Los que entienden de carne dicen que ya hay un montón de capacidad ociosa en el conurbano bonaerense, donde hay frigorífico vacíos. ¿Para qué hacer más frigoríficos?
-Nosotros estamos enfocados en muchas producciones donde desde la producción primaria lo que se ve como limitante es la falta de sala de faena y de frigoríficos. Es verdad: hay mucha capacidad en Buenos Aires, pero nosotros tenemos una provincia con 300.000 kilómetros cuadrados, donde a veces el productor tiene que llevar su producción más de 100 kilómetros para poder faenar. Ese costo de flete actúa en detrimento del ingreso del productor y a veces hace que una producción sea rentable o no sea rentable. Si tiene que pagar un flete 200 kilómetros, tal vez no sea rentable.Por eso para nosotros esto tiene que ver con pensar no solo el número total de cuánto se faena, sino dónde se faena. Eso le permite a los productores este faenar local y entendemos que eso también les va a garantizar la sustentabilidad económica.
-¿Ese concepto funciona solo en carnes?
-Lo extrapolo. Nosotros hicimos un mercado concentrador en Coronel Suárez. ¿Por qué un mercado concentrador frutihortícola? Porque a 170 kilómetros a la redonda no había ningún mercado concentrador para una población de más de 100.000 personas. ¿Qué pasaba con el verdulero? Hoy nos dice que tardaba un día a la semana de su trabajo para ir a buscar la verdura. Ahora el productor se ahorra al menos medio día. Y eso se termina transmitiendo al precio, porque finalmente uno lo tiene que poner como parte del costo, no solo el flete. También pasa que los productores dicen: ‘pero si yo tengo que vender a 180 kilómetros, es un lío’. Ahora que tienen un lugar más cercano, hay muchos que ya se están lanzando a aumentar la superficie y nosotros estamos incentivando que algunos otros también arranquen la producción hortícola.
-A veces el Estado tiene que estar forzando los procesos, es cierto. Pero capaz que no tiene que eternizarse. ¿Por qué la agroecología es una línea de política pública? Ustedes la instalaron de entrada. Pero para muchos productores queda como un leitmotiv de la militancia.
-Para nosotros la verdad que es una línea muy seria y de cara a los productores, nosotros la planteamos. Es cómo brindar una alternativa más porque nos interesa que los productores sepan qué pueden producir de esta manera, que pueden hacerlo de manera tradicional, con agroquímicos, o pueden producir agroecología. Nosotros lo que decimos es que el primer rol del Estado es tratar de ir generando información y después que el productor elija si le conviene, se le interesa. Nosotros no lo vemos cargado de ese sentido (se refiere a la militancia) que a veces distintos actores le ponen. Lo vemos no solo como brindar más alternativas a los productores, también brindar más alternativas a los consumidores, que entendemos que hay una demanda creciente en ese mismo sentido. Creo que el punto clave es que tengamos más información. Y nosotros pusimos el eje en eso.
-La entrevista ha ido virando. Yo te tiro algunos preconceptos o conceptos que circulan en el agro y vos me das tu opinión. En general el productor siente que el Estado está para sacarle, para sacarle, para sacarle.. y que no es socio en las pérdidas. Este es un año de pérdidas con sequía. La sensación es que e bastante pijotero el Estado a la hora de devolver lo que le saca al sector.
-Nosotros primero tuvimos una respuesta rápido, ya que en noviembre tuvimos la declaración de emergencia, que no salimos con bombos y platillos a anunciar. No hicimos de eso una bandera política. Yo creo que lo que aparece ahora en febrero es que la oposición política se empezó a acordar del almanaque que decía 2023 y empezó a plantear algunos…
-Te concedo que hay políticos opositores con aspiraciones en la provincia de Buenos Aires que ahora van al campo porque leyeron que el título era la sequía.
-Exacto. Yo creo que hoy está eso y nosotros la verdad que venimos trabajando desde noviembre con un decreto y desde antes en articulación con los productores para monitorear la situación y ver las herramientas que hay. Nosotros dijimos que íbamos a aplicar todas las herramientas de la emergencia, eso lo hicimos, lo hicimos con celeridad. Tampoco dijimos este municipio si y otro no porque no lo dirigimos nosotros. Nosotros fuimos a mirar a los productores y en función de eso está la asistencia de en términos impositivos y además la asistencia del Banco Provincia, que en estos dos meses, según los últimos datos que tengo a la semana pasada, presto créditos por un poco más de 2.400 millones de pesos. También generamos otra asistencia también desde el Ministerio para productores más chicos.
Yo lo que digo es que por supuesto que las pérdidas de la sequía son grandes. Nosotros lo que tenemos que garantizar es que el productor pueda seguir, con su capital de trabajo, continuar la producción. Bueno, yo creo que esos montos en parte permiten esto, que no caiga. También nosotros lo dijimos, por supuesto, que estamos abiertos y vamos a ver cómo continúa y qué otras herramientas podemos tener para acompañar. Pero estas áreas ya están en funcionamiento.
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-¿Entonces me insistís que este gobierno no es un gobierno anti campo?
-Por supuesto que no. Escúchenlo al gobernador, escúchenme a mí. Somos un gobierno convencido de que necesitamos una provincia de Buenos Aires integrada. Muchas veces se dan esa dicotomía, el interior versus Gran Buenos Aires, el campo versus ciudad. La verdad que necesitamos del campo, de la ciudad, de la industria, necesitamos de todo y nosotros lo estamos mostrando con nuestras políticas.
-¿Y cuál es el debemos? ¿Qué falta hacer?
-Yo siempre digo que una vez que cumplimos una meta, aparecen nuevos desafíos. Está bueno que suceda eso. Por lo tanto, yo creo que desafíos siempre hay. La verdad es que yo también digo que pensar en serio un desarrollo económico no solo de la provincia de Buenos Aires sino de la Argentina, es un camino difícil y muchas veces nos encontramos con que al costadito hay alguien que está diciendo que la solución es muy fácil. La verdad es que lamentablemente a los argentinos muchas veces esos discursos nos llevaron a situaciones realmente trágicas. Creo que en gran medida tenemos que entender que hoy es importante que haya una política de desarrollo productivo. ¿Qué significa esto? Interactuar entre sector privado y sector público y no caer un poco a las tentaciones del discurso fácil de que los problemas se solucionan en dos minutos tirando por la borda todo lo que se hizo.