El presidente Javier Milei, en un decreto firmado junto a su ministro de Economía, Luis Caputo, dispuso este martes la “supresión” de la Dirección Nacional del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y ratificó que cualquier decisión allí deberá ser tomada a partir de ahora por el presidente interventor designado en el organismo. De este modo, el gobierno intenta darle una estocada final a la resistencia interna dentro de ese instituto de ciencia y técnica, a pesar de que en la Cámara de Diputados se decidió esta semana rechazar el decreto que lanzó la “intervención” sobre dicha área del Estado.
El Decreto 571/2025, que fue publicado en el Boletín Oficial, intenta ser todo un gesto de autoridad presidencial en el largo proceso de reforma del INTA que inició el gobierno de la Libertad Avanza. El organismo, fundado hace 70 años, era conducido por un lado un Consejo Directivo conformado por representantes del Ejecutivo, pero también de entidades rurales y universidades, que fue eliminado y reemplazado por un único Presidente que depende de la Secretaría de Agricultura. Pero además, con cargos elegidos por concurso, los investigadores del INTA accedían a ocupar cargos jerárquicos en la Dirección Nacional, que era el brazo ejecutor de las políticas decididas por el Consejo y que es la que acaba de ser eliminada.
“Suprímese la Dirección Nacional de la estructura organizativa del primer nivel operativo del INTA”, dice ahora el breve decreto firmado por Milei y Caputo, que además dispone que “todas aquellas disposiciones” administrativas dentro del Instituto “deberán entenderse referidas al Presidente del citado Instituto”.
En los hechos, esto significa una última estocada en los intentos de Milei de imponer a un presidente todopoderoso para poder proceder así a los proyectos de ajuste anticipados en el INTA, que incluyen el probable despido o retiro voluntario de 1.500 agentes (el 25% de la planta actual) y sobre todo -lo que más parece interesarte a los funcionarios- proceder a poner en venta miles de hectáreas de campos experimentales que son patrimonio del organismo.
Este diciplinamiento apunta a aplacar la resistencia de los llamados “inteanos”, que constituían la línea de mando dentro de la Dirección Nacional. El último director nacional elegido por concurso de antecedentes en ese cargo es el investigador Ariel Pereda, quien en los últimos mese ha manifestado abiertamente su disenso con la intervención en el INTA, al punto de asistir y expresar esta oposición a las reuniones en el Congreso para poner un límite legislativo al Ejecutivo sobre este y otros organismos de ciencia y técnica.
Pese a que amagó varias veces con renunciar a su cargo como director nacional, una figura ahora suprimida, Pereda se mantuvo estas últimas semanas en su puesto, a la espera que el Congreso juegue la última carta en esta partida y derogue otro decreto de necesidad y urgencia que, impulsado por el ministro Federico Sturzenegger, recortó la autonomía de todos los organismos descentralizados dependientes de la Secretaría de Agricultura, como el INTA y el INASE, y de la Secretaría de Industria, como al INTI.
Ese rechazo legislativo a la ola “modernizadora” de Sturzenegger ya recibió la semana pasada media sanción de parte de la Cámara de Diputados, donde 141 legisladores votaron en esa posición. Ahora el proyecto de ley pasó al Senado, donde de resultar igualmente positiva la votación podría anularse no solo esta avanzada sobre el director nacional del INTA sino también la expulsión del algunas entidades (como los grupos CREA) y las universidades del Consejo Directivo.
Ya hay una movida importante de la estructura de “inteanos” para lograr también una sanción favorable del Senado, que complicaría mucho más el panorama de confrontación y podría conducir a conflictos judiciales directos por la colisión entre el Ejecutivo y el Legislativo respecto de este y otros organismo. Entre los senadores han comenzado a circular varios documentos como una “carta” de los trabajadores, otro documento llamado “Las voces del INTA”, que refleja adhesiones y apoyos de actores del sector público y privado, y finalmente uno llamado “Los 100 logros del INTA”, contando hitos en los aportes de este instituto al agro argentino en sus 70 años de historia que se cumplirán el próximo año.
Pero, absorto de este debate parlamentario todavía pendiente, Milei y Caputo quieren ganar tiempo y reforzar en el INTA las definiciones de Nicolás Bronzovich, un ex directivo de la organización tecnológica Aapresid, que fue ratificado en las últimas semanas como presidente “interventor” y ya anunció varias medidas, como la inminente apertura de un retiro voluntario o el reclamo a las experimentarles de todas las escrituras pertenecientes a los campos que manejan.
“Por el Decreto 462/25 se dispuso la transformación del INTA en un organismo desconcentrado dependiente de la referida Secretaría”, y “por el precitado decreto se estableció que la conducción de dicho organismo, ahora desconcentrado, estaría a cargo de un Presidente, el que sería asistido por un Consejo Técnico que establecería los lineamientos científico-técnicos del organismo”, repite el nuevo decreto presidencial, que omite los cuestionamientos legislativos a este sistema novedoso de gobernanza y ratifica la autoridad de Bronzovich, liquidando de un plumazo el cargo de Pereda.
“Las actuales funciones del Presidente del Instituto resultan superpuestas con las oportunamente asignadas a la Dirección Nacional en su carácter de órgano ejecutivo del Instituto”, reconoce el Presidente de la Nación en este decreto ratificador, en el que además claramente apunta a disciplinar al director nacional elegido por concurso, puesto que todo el resto de las direcciones -por ahora- se mantienen.
“Hasta tanto se concluya con la reestructuración de las áreas afectadas por la presente medida, se mantendrán vigentes las aperturas estructurales existentes de primer nivel operativo y aperturas de nivel inferior de la Dirección Nacional suprimida por el presente acto, las que mantendrán las acciones, cargos, dotaciones y suplementos vigentes a la fecha”, dice la normativa.