El director de Equinos del Ministerio de Agroindustria, el veterinario Patricio Digilio, mantiene un absoluto silencio sobre la fuerte polémica que por estos meses ocupa a los criadores de caballos pura sangre de carrera (SPC), una de las actividades hípicas más importantes del país. La gobernadora María Eugenia Vidal ha decidido avanzar sobre un fondo de 1.000 millones de pesos que financia la actividad y permite sostener, según dicen los turfistas, una industria con 80 mil puestos de trabajo en la Provincia. Sin embargo, Digilio no ha dicho palabra sobre la cuestión. Ni en contra ni a favor de esa iniciativa.
Ver: Investigación: El llamativo silencio de “la autoridad de aplicación” de la política hípica
Digilio es la “autoridad de aplicación” de la política hípica en la Argentina, un país que figura entre las principales potencias globales en lo que se refiere a la cría de caballos y hasta en su exportación. Según dice en su muro en Linkedin asumió ese cargo en marzo de 2009, bajo el gobierno kirchnerista. Lleva 9 años y cinco meses de gestión y nunca se ha movido de esa silla. Es un caso raro de supervivencia política, que confirma que a veces los cambios que se pregonan en tiempos de campaña electoral finalmente nunca suceden.
Digilio sobrevivió como funcionario del gobierno de Cambiemos a pesar de haber participado, el 5 de octubre de 2015, de aquella foto que muchos consideran fatídica. En el teatro Argentino de La Plata, el ex ministro y ex candidato a gobernador bonaerense, Aníbal Fernández, presentaba el que hubiera sido su gabinete productivo si ganaba las elecciones que luego perdió frente a Vidal. El director nacional de Equinos subió al escenario como parte de un grupo encabezado por el secretario de Agricultura de aquel momento, Gabriel Delgado, quien sonaba para el Banco Provincia.
No es grave eso, para nada grave, porque para ser funcionario del Estado no se necesita sintonizar con tal o cual idea política.
Digilio permaneció como director de Equinos del gobierno de Cambiemos durante la gestión de dos ministros, Ricardo Buryaile hasta octubre de 2017 y Luis Miguel Etchevehere desde aquel momento. Permanece todavía allí, en ese importante cargo, a pesar de algunas incompatibilidades que son fácilmente comprobables.
La primera de ellas es que Digilio ocupó durante largos años un doble puesto de trabajo dentro del Estado Nacional, ya que a su lugar de funcionario del Ministerio de Agroindustria sumaba un empleo en Lotería Nacional Sociedad del Estado. Allí ingresó por decreto 1.684 del 21 de noviembre de 2006, que designa una lista de personas en planta transitoria, entre ellos a este veterinario. Y hay registros públicos que lo vinculan a ese organismo por lo menos hasta abril pasado. Salvo que haya renunciado a alguna de las remuneraciones, se acumulan ocho años de doble salario.
No parece tan grave eso porque todos necesitamos trabajar, a veces en más de un lugar, para redondear un ingreso que nos permita vivir con decoro. Pero desde hace mucho tiempo está prohibido hacerlo en dos reparticiones del Estado al mismo tiempo.
Digilio se mantuvo ininmutable en su puesto pero cometiendo otra visible irregularidad: a pesar de ser el responsable de la política hípica nacional integraba además la conducción de una institución civil que podía llegar a verse beneficiada con algunas de las medidas que él mismo tomaba como funcionario: la Asociación Criolla Argentina. Debería haber renunciado a ella, como hizo Etchevehere con la Sociedad Rural.
Con la misión declarada de “defender al ser nacional” y “difundir el arquetipo argentino, el gaucho”, muchas de las cosas que hace esta ONG –como los cursos de herrado, para empezar- están vinculados con el caballo. Los gauchos lo están.
Digilio llegó a ser presidente de la Asociación Criolla Argentina en el periodo en el que Aníbal perdía las elecciones y Vidal comenzaba a navegar por las difíciles aguas del gobierno: en el bienio 2015/17. Luego, en septiembre del año pasado, dejó ese puesto a manos del actual titular de la entidad, Alberto Spinelli. De todos modos, el funcionario de Agroindustria continúa siendo todavía en la actualidad el tercer vocal en la comisión directiva. Y participa de sus actividades. Por ejemplo, de los actos del último 20 de junio, por el día de la bandera.
Aunque tampoco eso parecería demasiado grave…
La Ley 24.303 establece que todos los 6 de diciembre, que es el día que en 1872 se publicó el Martín Fierro, se celebre el “Día Nacional del Gaucho”. Una de las principales tareas que realiza la Asociación Criolla Argentina en los últimos años ha sido la organización, justamente por ese momento del año, una conmemoración como la que el Gaucho se merece. Hubo entonces festejos en Chivilcoy y los hubo en Azul. Los hubo con jineteadas, con payadores y con recitales.
Digilio, como director de Equinos de la Nación, pero también como integrante de la Asociación Criolla, fue quien dio inicio a por lo menos dos expedientes destinados a otorgar subsidios oficiales para apuntalar la organización de estas fiestas. Entre 2014 y 2015 se aportó una suma total de 2 millones de pesos de parte del Ministerio de Agroindustria, que se canalizó hacia la Asociación Criolla a través de la Fundación Unión, vinculada al gremio de estatales UPCN, que luego figuraba como sponsor de la Feria.
Los expedientes respectivos son:
- Exp 70009-2014 – Resolución 884/2014 – Destinando a la Fundación Unión un subsidio de 800 mil pesos para colaborar con la organización del Día Nacional del Gaucho
- Exp 58925-2015 – Resolución 812/2015 otorgando a la Fundación Unión 1.200.000 pesos de aporte para el Día Nacional de Gaucho
Esto sí que parece realmente grave. Más allá de que el dinero haya sido destinado efectivamente a la organización de los festejos gauchescos, Digilio por lo menos incurrió en un claro caso de conflicto de intereses y violó una gran cantidad de artículos de la Ley de Ética en el Ejercicio de la Función Pública.
Digilio conoce bien el trasfondo de la pelea actual respecto de los recursos estatales para la actividad hípica, pues trabajó tanto en Lotería Nacional, rodeado de tragamonedas, como en la Dirección de Equinos, rodeado de caballos y pistas de carreras. Es la máxima autoridad nacional para las diversas actividades hípicas, y sin embargo guarda un absoluto silencio sobre la crisis que atraviesa al turf y que podría condicionar la cría de ese tipo de caballos en el futuro.
La hípica es el área de su competencia, pero Digilio no dice nada, no se pronuncia. Su gestión en Agroindustria parece estar más bien enfocada en hacer gauchadas para los amigos.