Se declaró hoy viernes el estado de emergencia y/o desastre agropecuario, según corresponda, en la provincia de Entre Ríos para las empresas agropecuarias afectadas por sequía, altas temperaturas e incendios.
¿Es una buena noticia? Depende qué produzca cada empresa. Porque la resolución 39/2022 del Ministerio de Agricultura indica que la medida, que rige del 1 de enero al 31 de julio de 2022, solamente se aplica “a las explotaciones agropecuarias de maíz, sorgo, bovinos, caprinos, ovinos, tamberos, hortícolas, pecan, cítricos y forestales en todo el territorio provincial”.
¿Y los productores de soja entrerrianos? ¿Lograron, por alguna extraña razón, esquivar la sequía? ¿Tienen todos su propio pivote de riego? ¿Fueron eliminados de la resolución a propósito o por error? Misterio.
La Bolsa de Cereales de Buenos Aires, en el informe de evolución de la situación de cultivos, indicó que apenas un 61% del área de soja de Entre Ríos se encuentra condiciones normales a excelentes y que buena parte de los lotes están experimentando ataques de plagas.
Los lotes de soja de primera se encuentran en la fase crítica de llenado de grano, mientras que los de soja de segunda tienen aún resto para recuperarse.
Este año en la provincia se sembraron más de un millón de toneladas de soja, las cuales quedaron afuera de la emergencia agropecuaria, a menos que próximamente se emita una nueva resolución para enmendar tan absurda situación.
Soja Gualeguay Entre Ríos Argentina pic.twitter.com/fyahbp5WD0
— Francisco Mariani (Pancho) (@franpacopanchoM) March 2, 2021