“Con esta reforma fiscal, lo que hay que hacer es poner a trabajar a los contadores”, afirma Héctor Tristán, un reconocido especialista en tributación agropecuaria. Pero a diferencia de otras etapas históricas, no lo dice por la carga y la complejidad de los impuestos que afectan a los productores sino para aprovechar una serie de ventajas que se habilitan con esta ley, como la reducción del Impuesto a las Ganancias.
“Este reforma cambia muchas cosas. Es una reforma integral que tiene muchos efectos en la economía, porque básicamente hay una redistribución de la carga tributaria, favoreciendo a muchos sectores y trasladando la carga tributaria a otros sectores”, explica el experto en Bichos de Campo.
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Tristán destaca, en materia de Ganancias, que la reforma promueve una rebaja de diez puntos en ese tributo en un plazo de cinco años. “Esta es una reforma que tiende a generar condiciones para valor agregado”, explica el especialista al dar cuenta de que las empresas que reinviertan parte de sus utilidades gozarán de una menor presión fiscal respecto de las personas físicas y los inversores.
Por eso recomendó a los productores que siguen manejándose como empresas familiares que hablen con un especialista y analicen seriamente a posibilidad de constituir una sociedad anónima o una SRL (sociedad de responsabilidad limitada), “a los efectos de poder gozar de la reducción del impuesto a las Ganancias”.
Tristán consideró otro aspecto positivo de la reforma que se analiza en el Congreso que incluya un plazo de 180 días para solicitar a la AFIP la devolución de los saldos técnicos del IVA acumulado por una empresa.
Respecto del ajuste por inflación, que se reinstala después de mucho tiempo sin aplicarse, lo calificó como una ficción, pues “se dispara recién cuando la inflación supere el 33% anual o el 100% en tres años”. En este sentido, consideró que “si el plan económico es exitoso y la inflación va a un dígito, el ajuste va a ser para un cuadro”.