Enzo Vignales tiene 70 años, vive en Rosario y es dueño de un campo al cual se accede luego de atravesar el puente Rosario Victoria. Va del kilómetro 7 hasta el kilómetro 13, sobre las islas, ya en territorio que corresponde a la provincia de Entre Ríos. Una parte de ese establecimiento se incendió a fines de marzo y por eso ahora es imputado por la justicia federal, como responsable de ese siniestro. Pero Enzo afirma que nunca pudo hacer sido él: no trabaja en el campo desde 2018 y lo puso a la venta, pero además está encerrado en su casa por ser población de riesgo ante el coronavirus.
“He sido imputado en el las quemas que ha habido durante esta sequía que estamos padeciendo. Me acusan de incendiar el campo que es un humedal y está ubicado en la zona de isla”, contó Enzo a Bichos de Campo. El hombre ni siquiera fue a ver qué sucedió en su establecimiento, decidido a cuidarse durante la cuarentena. Pero sí lo citaron el viernes de la semana pasada, a las 10 de la noche, para ir a comparecer al día siguiente a la mañana. No fue.
El de Enzo no es el único caso: habría otros veinte productores de la zona de islas imputados del mismo modo, por la serie de incendios que se produjeron en las últimas semanas es todo el delta, y que llenaron de humo en algunos momentos la ciudad de Rosario y o la de San Pedro. La situación de estos productores fue denunciada este sábado por un comunicado de la Red Nacional de Productores Autoconvocados.
“Tenemos a lo más granado del kirchnerismo invitando a quemar campos y romper silobolsas (desde Hebe de Bonafini hasta el último militante) y no hemos recibido más que ninguneo, chistes y menosprecio del problema. No han tomado cartas, no han llamado a nadie a declarar (ni a los que han hecho públicas sus invitaciones a cometer delitos), no han investigado el asunto y cuando la situación no da para más, porque el humo empieza a verse desde los centros urbanos, imputan a los productores agropecuarios y aceptan como querellantes a los mismos que integran el bando de quienes han alentado estos hechos vandálicos”, definieron de entrada los autoconvocados en dicho comunicado, dejando a las claras que piensan que se trata de una cuestión política.
“Me acusan porque mi campo se incendio. Pero pruebas no tienen porque yo tengo 70 años, y la verdad es que ya dejé de trabajar en el 2018, y estoy en mi casa encanutado”, contó Vignales, que dice que tiene su establecimiento vacío de hacienda y sin puestero desde hace más de dos años. El productor todavía no tuvo acceso al expediente, según afirmó. Pero afirma que el foco del que lo acusan se habría iniciado el 30 de marzo.
-¿Y quién puede haber empezado el fuego, si no fue usted?
-Hay mucha gente, muchos turistas, gente que va a cazar. Incluso hay lugares de asentamiento, son los que en el fondo hacen a las quemas estas. Es lo que yo sospecho. Porque cómo se incendió no sé.
-Cuando usted trabajaba, ¿solían hacerse quemas en las islas?
-En esta época no se hace el manejo del fuego. En este momento lo que único que podés darle es ceniza a los animales, si tuvieras animales. El manejo del fuego se tiene que mover entre fines de agosto y principios de septiembre, antes de la primavera. Para hacerlo, además, Victoria tiene una oficina a la que vos teníass que dar aviso e iba gente para ver y controlar que no se expanda, cómo iban los vientos. Pero eso hace tres años que no se hace más. Dejé del todo, la ganadería no me era rentable.
En su comunicado, los autoconvocados hicieron sonar los tambores de guerra ante estas imputaciones, que les habrían llegado a una veintena de propietarios de las islas y al parecer estarían basadas solo en el acto de comparar los focos de incendio registrados por las imágenes satélitales con el catastro disponible en el gobierno entrerriano.
Los reproches de los productores que no siempre se sienten bien representados por la Mesa de Enlace llegaron incluso al interior del sector. “Sirva este comunicado como advertencia a los oportunistas que en estos días salieron con bombos y platillos a presentar planes faraónicos (y van…) para aumentar las exportaciones, hablando en nombre de los que trabajamos y producimos bajo el ampuloso sello de goma denominado Consejo Agroalimentario”, dijeron.
Y explicaron esta singular posición: “Es de una ingenuidad (o desfachatez) supina hacer estas invitaciones a bajar la guardia con un gobierno que desde hace 70 años combate al capital y en lo que va del año se viene llevando puesta la propiedad privada en todas las formas: expropiaciones, intervenciones, sabotajes, paros salvajes en medio de una pandemia, aprietes, bloqueos a empresas y parques industriales, roturas de silobolsas e incendios de campos”.
-¿Cómo le parece que se sale de esta situación de los incendios?- le preguntó Bichos de Campo al productor de 70 años.
-Solo si unimos la sociedad con el campo, porque si no la gente nos vamos a matar. Pero el productor no es el que quema los campos. La sequía, un descuido, gente que entra, cazadores, asentamientos, turistas… Seguramente que puede ser una de estas cosas. Lo que hay que hacer es un control ordenado delas quemas, que a veces son necesarias. Pero cuando no hay orden público, ahí sonamos, porque se están haciendo mal las cosas.