Sobre las tierras del INTA Castelar, uno de los principales enclaves del instituto de investigación agropecuaria nacional que ha quedado atrapado entre el crecimiento desmedido del conurbano bonaerense hacia el oeste, había proyectos de todo tipo y color: desde hacer un parque industrial hasta generar una colonia agroecológica. Finalmente -cuando se aproxima el calendario electoral- no se hará otra cosa que ceder tierras, unas 23 manzanas o hectáreas en total, sin demasiados fines productivos sino para acompañar el avance de la gran ciudad.
Este miércoles, en el Boletín Oficial se publicaron dos resoluciones de la Agencia Administradora de Bienes del Estado (AABE) que disponen que unos 100 mil metros cuadrados (unas diez manzanas) del enorme predio del INTA Castelar para la construcción de un nuevo barrio de viviendas populares Procrear y para la Universidad Nacional de Hurlingham, partido en el que realmente se encuentran los terrenos.
“El presidente del INTA (por el tucumano Mariano Garmendia) comunicó mediante Nota de fecha 20 de enero de 2023 que, ad referéndum de su Consejo Directivo, no tiene objeciones que formular con respecto a la medida que se propicia. Posteriormente, el Consejo Directivo mediante el dictado de la Resolución 128 de fecha 17 de marzo de 2023, hizo saber a esta Agencia, que no tiene observaciones que formular para que se avance en la desafectación del inmueble”.
Con esas dos aclaraciones que muestran que no hubo resistencias, la AABE procedió primero, mediante resolución 95/2023, a transferir al Fondo Fiduciario público PROCREAR un inmueble del INTA ubicado en “la Prolongación Calle Amberes, Calle Desaguadero, Calle José de Malarredo y Calle el Zorzal, prolongación calle Miramar y límite con Arroyo de la Localidad y Partido de Hurlinhgam, identificado catastralmente como Partido 135 (Hurlingham); Circunscripción IV; Parcela 386C (parte)”.
El predio tiene una superficie total de 92.016,37 metros cuadrados, y será destinado a “fin de llevar adelante un Desarrollo Urbanístico en el marco del mencionado programa de crédito”. Según la misma resolución, “el inmueble requerido en el marco de las presentes actuaciones se encuentra a la fecha subutilizado o sin destino útil, siendo menester optimizar sus condiciones de uso, con miras a su adecuada preservación y conservación”.
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No fue el único zarpazo que recibió el INTA Castelar, donde funcionan varios de los principales institutos de investigación del organismo técnico.
En otra resolución 78/2023, la misma AABE define la transferencia de otros 140 mil metros cuadrados de esos cotizados lotes a la Universidad Nacional de Hurlingham, en este caso al menos con una excusa más o menos vinculada a la actividad del propio INTA: “El inmueble requerido se destinará a la construcción del Instituto de Biotecnología, una planta de alimentos saludables e instalaciones para actividades culturales, deportivas y recreativas, para los estudiantes, personal docente y no docente, personal del INTA y la comunidad en general”, se justifica la cesión de tierras.
En este caso el mordisco recaerá sobre los terrenos ubicados “en las calles Acoyte, Cuzco, Tokio, Amberes, Agustín Magaldi, Alberto Williams y el Arroyo Soto, Localidad Hurlingham; identificado catastralmente como Partido 135 – Circunscripción lV – Parcela 394 (Parte), con una superficie de terreno total aproximada de 140.000 metros cuadrados”. También aquí hubo un gentil acuerdo del presidente Garmendia y del Consejo Directivo del INTA, integrado también por representantes del sector privado.
El detalle de estas casi 13 manzanas es el que sigue:
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