Más o menos 12 millones de toneladas de diferencia hay entre la estimación de la cosecha 2016/17 que realizó el Ministerio de Agroindustria (Minagri) y los pronósticos privados provenientes de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires y su equivalente de Rosario. Para quienes disfruten de comparaciones, esas 12 mill/tn equivalen a casi 10% de la producción total de granos, o a unos 3.500 millones de dólares, o a 400 mil viajes de camión.
Es mucha la diferencia entre la cosecha oficial y la de los privados. Y la brecha se agrandó este miércoles, cuando al participar del corte de cintas de la Exposición Rural de Palermo, el ministro Ricardo Buryaile destacó que “la Argentina tendrá una producción total de 137 millones de toneladas de granos” en el ciclo agrícola que concluyó formalmente el 1° de julio, aunque en el norte del país quede mucho maíz por levantar debido a los problemas climáticos.
“Los productores van cosechar 49 millones de toneladas de maíz y 18,4 millones de toneladas de trigo, volúmenes históricos”, afirmó el ministro, que adelantó algunas cifras del informe mensual de estimaciones correspondiente a junio. Respecto del mismo análisis de Junio 2017, la gran diferencia pasa por el pronóstico para maíz. Un mes atrás estaba en 47,5 millones de toneladas. Allí hay 1,5 millones de toneladas de crecimiento.
Obviamente al trigo y al maíz hay que sumar 57 millones de toneladas de soja, más el resto de los cultivos.
Ojalá que sea así, para bien de todos los argentinos. Pero la cifra global lanzada por Buryaile (137 millones) contrasta notablemente con las que se manejan en el ámbito del mercado agrícola.
Por caso, la semana pasada los expertos de la Bolsa de Comercio de Rosario señalaron en uno de sus estudios que la cosecha 2016/17 en el país cerró en 125,5 millones de toneladas. Es decir que en este caso lo que nos estaría faltando son 11,5 millones.
¿Dónde están las diferencias? Los rosarinos calculan una cosecha de trigo de 16,6 millones de toneladas y una de maíz de 38 millones. Ahí está la distancia enorme entre los números de uno y otro lado. En soja coinciden: más o menos 57 millones.
Esta claro que las mayores diferencias están en el cálculo de la producción de maíz. En el caso del área de estimaciones de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, la última semana evaluó que se producirían 39 millones de toneladas. Todavía así la distancia es de 10 millones con la oficial.
Tan grandes diferencias serían imposibles de entender si no nos remontamos algo en la historia. En 2013, antes de las elecciones legislativas de ese año, las autoridades del Minagri modificaron de buenas a primeras, y sin consenso con el sector privado, los parámetros para el cálculo de la producción nacional de maíz, sumando al grano efectivamente comercializado aquel que quedaba en chacra y era consumido en origen.
Este retoque metodológico fue lo que permitió que la ex presidenta Cristina Kirchner pudiera anunciar con bombos y platillos que la Argentina había logrado entonces una cosecha récord de 105 millones de toneladas. El sitio Chequeado.com puso a prueba aquel anuncio presidencial y el resultado fue que era por lo menos “engañoso”.
En aquel momento de cosmética electoral la superficie sembrada con maíz pasó de un mes al otro de 5 a 6 millones de hectáreas, mientras que la producción prevista saltó de 26,1 a 32,1 millones de toneladas. Es decir, en aquel momento había una diferencia de 6 millones de toneladas, que ahora se amplió al doble.
La gran pregunta es por qué, luego del cambio de gobierno, los equipos agrícolas de Cambiemos siguieron utilizando el mismo criterio que estableció el kirchnerismo para calcular las cosechas o por lo menos no lo consensuaron con sus pares del sector privado, al menos para evitar confusiones y dejar aclaradas las cosas.
Se ve que a los argentinos las diferencias nos encantan.
Por una cuestión de estabilidad en el tiempo, no cambiaría de dónde tomar las cifras. Seguiría con dos entes privados que están el mercado a diario, como son las bolsas de cereales de Rosario y de Buenos Aires. Las cifras que hemos visto en los últimos días, del sector oficial, superan enormemente las de las Bolsas de Cereales, sólo causando dudas y resquemores en el sector productor. Ya estamos en un momento, en que las declamaciones no alcanzan, ahora se necesitan más hechos y cosas claras. Caso contrario, el sector no seguirá creciendo como se pretende.
Es lamentable, ni siquiera en eso podemos somos profesionales??