Unas 931.200 hectáreas sembradas con soja ya fueron cosechadas en la provincia de Entre Ríos en la campaña 2020/21, lo que representa el 87% de las 1.068.700 implantadas con la oleaginosa.
Con esa soja ya en su poder, interpretarán algunos, los productores entrerrianos deben estar descorchando champaña para brindar por los altos precios internacionales de ese grano. Pero no, primero porque ellos no reciben el precio pleno sino que las retenciones ya les recortan su ingreso en un 33%. Segundo, porque la brecha cambiaria actúa disminuyendo todavía más sus ingresos en dólares, moneda fuerte. Y finalmente, porque muchos de ellos no llegaron a cosechar ni para cubrir los costos.
De hecho, aunque se está cerca del 90% de la cosecha, “aún no se logró cuantificar la superficie perdida por la sequía que afectó a la región”, según consignó la Bolsa de Cereales provincial en su informe semanal.
Del poco más del millón de hectáreas, unas 589.600 hectáreas fueron sembradas con soja de primera (55%), mientras que la soja de segunda ocupó las 479.100 restantes (44%). Las labores de cosecha llegaron al 97% en el primer caso y al 75% del área dedicada a variedades tardías.
Pero la Bolsa de Cereales de Entre Ríos aclaró que sus técnicos “aún no lograron cuantificar la pérdida producto de la sequía del verano, que afectó principalmente al sector sur de la provincia”. Allí se cosecharon lotes con un rendimiento de sólo 200 kilos por hectárea.
Por eso, por ahora se proyectó un rendimiento promedio provincial de 1.800 kilos por hectárea, que podría llegar a ser el tercero más bajo de las últimas dos décadas. Esta productividad, que en algunos casos no llega a cubrir los costos (y mucho menos si el campo es alquilado), marca una caída de 13% respecto a la temporada anterior y de un 14% sobre el promedio del último lustro.
Ante ese escenario, la Bolsa entrerriana estima una producción de 1.923.660 toneladas de soja en la provincia, unas 466.340 menos que en la campaña pasada.
Por otro lado, sus técnicos proyectaron un promedio de 1.950 kilogramos por hectárea en soja de primera (14% menos que el año anterior y 10% menor al promedio del último lustro) y de 1.600 kilos por hectárea en la soja de segunda, también por debajo del promedio del último lustro y a la temporada pasada.
El sector sur de la provincia posee los promedios más bajos debido a las escasas precipitaciones entre los meses diciembre y febrero, que fueron 48% menores al promedio histórico de ese trimestre; y la Bolsa detectó “áreas perdidas que son difíciles de cuantificar”.