Desde hace varios años hay una enfermedad mucho más temible que la cancrosis o la mancha negra, que amenaza el polo citrícola del NOA. Es el HLB (huánglóngbìng; literalmente o “enfermedad del Dragón amarillo”), que no tiene cura y mata los árboles de limones de raíz. Es la gran amenaza con la que convive el poderoso sector limonero que hace base en Tucumán.
El HLB no tiene cura, pero sí prevención. Es por eso que tanto organismos estatales como privados han unido esfuerzos por enfrentarlo, o mejor dicho mantenerlo a raya, alejado de ese polo productivo del cual dependen 50 mil fuentes de trabajo. “Todos sabemos que los recursos del Estado son escasos, por eso la Asociación Fitosanitaria del Noroeste Argentino (Afinoa) realiza muchas acciones conjuntas y coordinadas con el Senasa, que es el ente oficial sanitario con poder de policía en esto”, explicó Rodrigo Galíndez, gerente de Afinoa a Bichos de Campo.
Mirá la entrevista completa a Rodrigo Galíndez:
La entidad, que este año cumple 30 años de vida, mantiene unos 13 puestos de control fitosanitario en la región Noroeste, distribuidos en Jujuy, Salta, Tucumán y Catamarca; “Generalmente se sitúan en la periferia de la región para controlar que no ingrese fruta sin cumplir los requisitos que indica el Senasa”, agregó. Es que el HLB ya ha dicho presente en otras zonas del país, en especial en el NEA, y su introducción sería lapidaria.
Afinoa enmarca su plan de prevención del HLB a través del control en las rutas y limites provinciales del NOA y desde que entró en acción el Sistema Integrado de Control (puestos fijos + patrullas móviles), con el accionar en conjunto entre la Asociación Citrícola del Noroeste Argentino (ACNOA) y las provincias pudieron hacer más de 1.100 decomisos.
En estos puestos de control se inspeccionan los vehículos que ingresan, ya sean cargas comerciales o transportes de pasajeros, y se controla lo que se transporta. Ante la menor duda decomisan cítricos, plantas y envases que no responden a las normativas establecidas por resoluciones tanto nacionales como provinciales.
El HLB es la enfermedad que más preocupa a la citricultura mundial porque, como se dijo, no tiene cura. Ahí está la diferencia con la cancrosis o la mancha negra, otra enfermedad de los cítricos que, si bien afecta a la planta, se expresa dañando el fruto de modo cosmético a primera vista. Pero el HLB mata a las plantas y lo hace en un período no largo de tiempo. Sigiloso.
“El HLB es una enfermedad silenciosa a la que no se le ven los síntomas al principio, pero una vez que estos aparecen la enfermedad ya está desparramada por todas las quintas. Hoy día lo único que se puede hacer es la erradicación de las plantas una vez manifestada y las acciones de prevención para evitar su ingreso”, remarcó Galíndez.
Hasta hace una década se creía que la cancrosis era lo peor que podía pasarles a los cítricos, porque cuando la infección era muy severa, podía producir una defoliación masiva, debilitando a la planta y quitándole su capacidad de producir frutos. Si aparecía cancrosis en sus limones, a los productores no les quedaba otra opción que comercializar esa fruta infectada en el mercado interno, ya que existen restricciones para ser exportada. Algo parecido sucedió con la mancha negra en la temporada 2020, cuando Argentina suspendió por varios meses sus exportacioensde limones a Europa.
Con el HLB presente, todo lo anterior es la nada misma en cuanto a gravedad, porque aunque este patógeno no afecta a la salud de las personas ni de los animales, una vez que infecta a una planta ésta muere, sin chance de ser salvada. Al menos por ahora.
La Diaphorina citri es la culpable. Al alimentarse de una planta enferma de HLB, esa “chicharrita” de los cítricos es capaz de adquirir la bacteria causal de la enfermedad y transmitirla al alimentarse de una planta sana, causando que esta también se enferme.
Según informó el gerente de Afinoa, el NOA es considerado libre de HLB, aunque en Salta y en Jujuy ya se encuentra presente el insecto vector transmisor. En tanto, en Misiones, Corrientes y Entre Ríos ya existen detecciones de la enfermedad.