Argentina, el segundo proveedor de China de carne vacuna congelada, decidió restringir las exportaciones de ese producto a la nación asiática por una cuestión política, porque tiene pleno abastecimiento de proteínas animales a través de carne aviar, porcina, pescados, ovoproductos y lácteos.
Si bien la semana pasada el flamante ministro de Agricultura, Julián Domínguez, aseguró que se flexibilizaría el cepo exportador para incrementar los envíos de cortes bovinos a China, esa promesa no se concretó y es poco probable que se instrumente de manera efectiva antes de las elecciones legislativas de noviembre próximo.
El mes pasado el Ministerio de Agricultura de Brasil, luego de detectar dos casos atípicos de Encefalopatía Espongiforme Bovina (EEB), suspendió las exportaciones de carne vacuna hacia la nación asiática, tal como se determina en los protocolos sanitarios firmados entre ambos países. Brasil, recordemos, es el principal vendedor de carne vacuna en la nación asiática.
Y el tercer lugar del ranking de proveedores de carne bovina a China era ocupado por Australia, nación con la cual el gobierno chino mantiene un disputa política y está restringiendo las importaciones de varios productos agroindustriales de ese país, uno de los cuales, precisamente, es la carne vacuna.
En ese contexto, el sector cárnico uruguayo está “nadando” en un tsunami de pedidos de exportaciones por parte de importadores chinos, los cuales, por una cuestión de escala, no pueden ser atendidos en su totalidad.
Los últimos datos oficiales publicados por el Instituto Nacional de Carnes de Uruguay (Inac) muestran que el ingreso medio de exportaciones de carne vacuna llegó la semana pasada a 4852 u$s/tonelada peso carcasa, el segundo mayor valor del año, mientras que el valor medio de las últimas cuatro semanas se ubica en 4668 u$s/tonelada, una cifra que representa un récord histórico absoluto.
Esa “fiesta”, lejos de tener lugar solamente en los frigoríficos, se expande a toda la cadena comercial, dado que esta semana se llegaron a pagar hasta 4,80 u$s/kg gancho por hacienda pesada con buena terminación.
En tanto, según datos relevados por la consultora uruguaya Blasina y Asociados, la vaca gorda se pagó entre 4,35 y 4,45 u$s/kg gancho y la vaquillona especial para abasto interno entre 4,50 y 4,55 u$s/kg.
Vale remarcar –para los lectores argentinos de este artículo– que en Uruguay los dólares son dólares reales y no la ficción del tipo de cambio artificial vigente del otro lado del Río de la Plata, donde el dólar es “pisado” por el Banco Central (BCRA) a costa de una sangría dolorosa de divisas.
Los operadores creen que, si el contexto vigente se extiende durante algunas semanas más, no es extraño imaginar que los valores del novillo pesado puedan alcanzar los 5,0 u$s/kg gancho gracias al daño autoinfligido por la Argentina y la mala suerte presente en Brasil. ¡A brindar!
Todos los perjuicios por inoperancia // ideologízacion Berreta // intereses particulares // está banda de impresentables no los va a pagar ????????