En su ímpetu por ingresar al negocio de la vacuna contra la fiebre aftosa, que todos los años moviliza entre 80 y 150 millones de dólares, el laboratorio Tecnovax informó hace 48 horas que, en coordinación con el Senasa, logró ingresar al país las primeras vacunas importadas desde Brasil. El gesto simbólico es más bien relevante, porque se trata de la primera vez en décadas que ingresa un inoculo desde el exterior. Pero a los hechos prácticos, según los actuales proveedores para la campaña, la situación no modifica en nada el escenario actual y Tecnovax sigue fuera del mercado, porque en realidad no tendría una producción de la vacuna para ofrecer.
El documento oficial que publicó hace dos días en exclusiva Bichos de Campo, y que da cuenta del ingreso de 200 frascos de la vacuna brasileña Ourovac Aftosa BIV, producida en 2023 por el laboratorio Ourofino de San Pablo, con el cual Tecnovax tiene firmado un convenio de provisión, contiene la pista por la cual los competidores de esa empresa, los laboratorios argentinos Biogénesis Bagó y CDV, consideran que la movida de su rival solo buscó provocar un golpe de efecto publicitario. Es que en la última línea del escrito, luego de autorizar el ingreso de esas vacunas, es el mismo Senasa el que aclara: “Se hace saber que el lote piloto será considerado a modo experimental”.
¿Qué quiere decir esto? Esteban Turic, el CEO de Biogénesis Bagó, la mayor jugadora en la provisión del antígeno con el cual se vacuna todo el rodeo argentino de bovinos, explicó que cuando un laboratorio pide importar un medicamento puede ser a los fines “experimentales” o ” regulatorios”. En el primer caso se trata de ingresar algunas muestras para probar su eficacia en determinados contextos, de modo de determinar que el insumo veterinario finalmente será útil. En cambio, en el camino regulatorio uno ingresa un producto para intentar atravesar las pruebas impuestas por la autoridad sanitaria local, en este caso el Senasa, destinadas a habilitar las ventas de ese medicamento en el mercado.
La frase “será considerado a modo experimental” resulta a juicio de este sector la mejor evidencia de que Tecnovax únicamente realizó un montaje para intentar mostrar que sigue en carrera para poder vender la vacuna brasileña en la país, pero que todavía no ha podido lograr la aprobación del inóculo brasileño en el país, al menos no según las reglas fijadas por el Senasa.
En realidad, según estas mismas fuentes, ese laboratorio apenas ha comenzado con los trámites y las pruebas para que esta vacuna bivalente producida en el vecino país pueda ser comercializada aquí. “Además trajo solo unos 200 frascos. Eso es una muestra, no es un lote piloto de vacunas. Un lote puede llegar a tener de 2 a 7 millones de dosis”, explicó Turic, visiblemente ofuscado por la jugada de su rival Diego La Torre, de Tecnovax.
En abril de 2024, luego de que algunos sectores del ruralismo instalaran que el costo de la vacuna en la Argentina llegaba a 2 dólares por animal, cuando en el resto de los países de la región siempre era de menos de 1 dólar, La Torre anunció que iba a empezar a importar desde Brasil una vacuna la mitad del valor, es decir 1 dólar por unidad. La situación fue tomada por el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, quien reclamo a Senasa que modifique las reglas que impedían hasta ahí el ingreso de vacunas de otros países que pudieran alentar una mayor competencia.
Para cumplir con la presión de este sector, Senasa tuvo que modificar así la composición actual de la vacuna, que es tetravalente y ofrece cobertura contra cuatro cepas del virus de la fiebre aftosa, ya que el resto de los países de la región utilizan simplemente dos cepas en una vacuna bivalente, como la que ahora importó Tecnovax. Según la posición de los desreguladores, era esta exigencia de tener cuatro cepas la llave ideada por Biogénesis Bagó para mantener el dominio del mercado durante más de dos décadas, desde la crisis aftósica de 2001, sin competencia de importados.
Como sea, ahora el problema es que Senasa decidió que a partir del 28 de febrero de 2025 estará prohibida la producción de la vacuna tetravalente, que era la que producían Biogénesis y CDV. Y que a partir de marzo próximo, todas las vacunas que se produzcan para abastecer el mercado argentino deberán ser o bi o trivalentes (aunque los remanentes de tetravalente producidos antes de esa fecha podrán seguir vendiéndose en las campañas 2025 y 2026).
Pero antes de lanzarse a competir con las nuevas reglas, todos los laboratorios interesados en ser proveedores -ya sea con vacuna nacional o extranjera- deberán someter sus “lotes piloto” a exigentes pruebas de eficacia realizadas sobre animales vivos en un campo de La Pampa y en box de bioseguridad instalados en el laboratorio de Martínez.
Mientras Tecnovax afirma que las 200 dosis del lote 0001/23 de la vacuna brasileña servirán para atravesar ese proceso de pruebas. Biogénesis y CDV -que ya están en los tramos finales de aprobación de sus nuevos inóculos bivalentes- retrucan que esto no es así. En el medio Senasa parece reconocer esta segunda posición, al dar cuenta que ese lote solo podrá ser utilizado a los fines experimentales.
En medio, ciertamente, Tecnovax se enfrentó con un problema que escapa de sus manos: Ourofino, el laboratorio brasileño que iba a proveerle de vacunas baratas para cumplir con su objetivo de “romper el monopolio”, dejó de producir este remedio veterinario, ya que Brasil decidió cesar la vacunación contra la aftosa en todo su rodeo nacional. Por eso, mal podría Ourofino ahora proveer a Tecnovax de un lote piloto de suficiente envergadura para someterlo a las pruebas de eficacia de Senasa, salvo que reanude la producción en una planta suspenida desde junio de 2023.
Por eso la vacuna que ingresó al país en pequeñas cantidades es, según el rastreo que hicieron sus competidores, parte de un lote remanente que se produjo en aquella época, en las últimas tandas de producción de ese laboratorio, y que tienen fecha de vencimiento en junio de 2025. Ese lote de vacunas brasileñas, según Turic, intentó ser vendido en Uruguay sin suerte, porque fue rechazado. Luego volvió a ser reevaluado y aprobado por las autoridades de Brasil, pero ya era tarde para utilizarlo localmente. Por eso quedó boyando.
Los actuales proveedores de la vacuna, en definitiva, consideran que la movida de Tecnovax fue solo a los efectos de mantener vivo el debate, pues en realidad ese laboratorio no habría avanzado en los trámites de aprobación más allá de la presentación del dossier, al igual que otra empresa interesada en traer las vacunas desde el extranjero, la multinacional CEVA. Pero ni una ni la otra presentaron todavía ante Senasa un lote piloto de vacunas producidas especialmente para enfrentar las pruebas virológicas. Y mucho menos pidieron la habilitación de los laboratorios productores en Brasil, otro requisito al parecer imprescindible para ingresar al negocio.
¿Quién tendrá la razón? A esta altura es difícil determinarlo, especialmente porque el Senasa guarda un apabullante -y quizás culposo- silencio en torno a la cuestión: no informa nada de nada.
Por ahora, la batalla continúa entre un laboratorio que insiste en que traerá las vacunas más baratas, y los otros dos que la producen acá y por ahora no consideran factible esa posibilidad.
En este contexto, en las últimas horas también rompió el silencio el laboratorio CDV, en un comunicado de prensa en el que le pide a la población de veterinarios y productores que no se deje “engañar” por las acciones de Tecnovax. “En un contexto donde la sanidad animal es crucial para mantener la posición de Argentina como uno de los principales exportadores de carne a nivel mundial, observamos cuestionables maniobras que no solo ponen en riesgo el estatus sanitario del país, sino también la confianza de los productores y mercados internacionales”, se quejó el tercero en pugna.
CDV en concreto acusó a Tecnovax de impulsar:
- Modificaciones exprés en normativas biológicas: se realizaron cambios normativos pasando por alto el consenso científico-técnico, adaptados a intereses particulares.
- Atajos en registros internacionales: se han querido omitir controles clave en la normativa de proceso de registro de vacunas, que se realizan en países como Francia, Estados Unidos y Reino Unido, diciendo que son “barreras paraarancelarias, que no se hacen en ninguna parte del mundo”.
- Ingreso de vacunas cuestionables: se intenta importar vacunas con vencimiento corto, provenientes de una planta ya desactivada y con características no adaptadas a las necesidades biológicas de la ganadería argentina.
“La economía debe desregularse para ganar eficiencia, pero la biología es diferente. Las decisiones sanitarias deben estar guiadas por la ciencia y no por apuros comerciales particulares que nada modifican en la economía ganadera, ni en la economía argentina”, dice el comunicado de este laboratorio, que además aclaró en voz alta: “Desde CDV siempre estuvimos a favor de la libre competencia y de la participación de nuevas empresas en el mercado, pero pretendemos que todos respeten los procedimientos necesarios y cumplan con los requisitos exigidos por las máximas autoridades sanitarias argentinas que son referencia mundial en la materia. Ningún laboratorio está impedido de registrar una vacuna en Argentina, solo es necesario cumplir los procesos de registro y normativas biológicas vigentes como en todas partes del mundo y para todos por igual”.