En 2018 Marcelo Cervigni supo que necesitaba cambiar. Se sentía cansado, sin entusiasmo y aburrido. Dejó la vida sedentaria y comenzó a realizar actividad física de manera constante. Así se puso en forma y comenzó a fijarse nuevas metas, una de las cuales fue escalar el Aconcagua.
Esa evolución personal comenzó a reflejarse en la empresa familiar, que dejó de ser una organización tradicional para empezar a gestionar el activo corriente con criterios financieros. Es decir: se creó una nueva unidad de negocios que requirió la incorporación de nuevas habilidades y, por supuesto, la obligación de generar su propia renta.
Esa decisión hizo mucho más sólida a la empresa, lo que pudo evidenciarse en la campaña 2022/23, la cual, si bien generó un quebranto agrícola importante debido a una sequía severa, el mismo logró ser en gran medida compensando gracias a las gestión de activos financieros.
“Las cuestiones financieras pueden parecer complejas para aquel que no está habituado al tema, pero es una habilidad que puede sumarse en cualquier empresa agropecuaria; tenemos que salir de la zona de confort porque, si no lo hacemos, los propios problemas de la empresa nos van a sacar de la zona de confort en algún momento”, argumenta Marcelo, director ejecutivo de Cervigni Hnos, empresa que integra el CREA San Antonio de Areco (región Norte de Buenos Aires).
Cuando Marcelo habla de cuestiones financieras con pares, el comentario usual es que se hizo aficionado a “la timba” en referencia a inversiones especulativas. Pero él siempre responde que la gestión financiera profesional, lejos de incrementar el riesgo empresario, en realidad lo reduce.
“Comparemos en el último lustro la evolución del precio de la soja en Chicago (CME Group) y del índice bursátil S&P 500 (acciones de las 500 empresas más importantes de EE.UU) y veamos qué activo fue el más riesgoso; la respuesta puede sorprender”, señala el empresario en un artículo publicado en Contenidos CREA.
La gestión financiera permite resolver problemas concretos en entornos complejos. Por ejemplo: a fines del año pasado, luego de la importante devaluación del peso argentino, el directorio de la empresa –integrado por Marcelo y sus dos hermanas– se comprometió a mantener el poder adquisitivo de los salarios de los 24 empleados que trabajan en la firma. Para eso tomaron la masa salarial y la colocaron en bonos ajustados por inflación (CER), lo que les permitió en el presente año poder actualizar mensualmente los salarios para evitar que se deprecien frente a la inflación.
“Esa estrategia, que en los primeros meses del año fue muy efectiva, luego, con la estabilización de la tasa de inflación, se torno desfavorable porque el valor de los bonos CER cayó; entender que no todas las decisiones van a salir bien es parte del negocio, por lo que se requiere diversificar colocaciones proyectando que las decisiones acertadas más que compensen las que no lo fueron”, explica.
Si hay que hablar de decisiones acertadas, puede mencionarse el aprovechamiento de las tasas de interés reales negativas realizado el año pasado al momento de financiarse en el sistema bancario o bien a través del descuento de cheques avalados por Sociedades de Garantía Recíproca (SGR), lo que les generó un retorno del 38% anual. Es decir: por cada peso que tomaron prestado, obtuvieron a cambio casi cuatro más. Ese negocio resultó tan atractivo que no sólo financiaron la compra de los insumos del ciclo 2023/24, sino también gran parte de la nueva campaña 2024/25.
Las estrategias financieras, si bien se consideran como un negocio independiente, obviamente están coordinadas con la planificación comercial y logística de la actividad granaria.
“Nunca hay que perder el foco en la producción que es el engranaje que moviliza toda la maquinaria”, asegura Marcelo, quien todos los días consulta informes comerciales y financieros para estar al tanto de las variables clave, además de tener conversaciones regulares con especialistas de la agencia de liquidación y compensación (ALyC) con la cual trabaja la empresa.
La cartera de inversiones está conformada por diferentes activos, entre los cuales se incluyen títulos públicos, obligaciones negociables (ON), fondos comunes de inversión (FC), acciones argentinas y extranjeras (Cedears).
El seguimiento de la posición es diario, así como también estar alerta para poder captar las oportunidades presentes en el mercado o bien reducir la exposición en caso de un cambio de tendencia que pueda incrementar por demás el riesgo de un activo.
“La gestión financiera permitió consolidar a la empresa agropecuaria sin necesidad de invertir una cantidad descomunal de tiempo, dado que el valor agregado reside en la calidad de las decisiones tomadas y el timing presente en cada una de ellas”, especifica Marcelo.
Cervigni Hnos, además de las cuestiones productivas y financieras, cuenta con una planta de silos, una unidad de multiplicación de semillas y una flota de camiones propia. Participan de un grupo de comercialización en el cual se analizan estrategias de coberturas de precios de los diferentes granos.
“La dinámica CREA es fundamental para reducir el margen de error al aprender de los aciertos y errores cometidos por otros pares, además de compartir con muchos de los integrantes del grupo un marcado interés por cuestiones financieras”, concluye Marcelo.