Las tensiones entre China y Taiwán vienen creciendo en las últimas semanas junto con las acciones del gobierno liderado por Xi Jinping para reducir la dependencia de EE.UU. en caso de que el conflicto entre ambas potencias estalle.
Las noticias relativas a las intenciones del gobierno de Xi Jinping de anexar a la isla de Taiwán –una nación democrática– son cada vez más recurrentes y firmes. EE.UU., si bien en términos diplomáticos mantiene el criterio de “una sola China”, en los hechos vende cada vez más armamento al gobierno taiwanés para hacer frente a una posible invasión.
Un informe del Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA) ya pone en números concretos los resultados de esa “guerra fría” entre China y EE.UU. que, por el momento, sólo se presenta en el terreno comercial.
El USDA estima que en el presente año 2024 las exportaciones agroindustriales estadounidenses serían de 170.500 millones de dólares versus 178.700 millones en 2023.
El dato es que las ventas externas agroindustriales con destino a China fueron rebajadas a 27.700 millones de dólares versus 28.700 millones previstas en febrero pasado a causa de un cambio de matriz comercial impulsado por el gobierno de la nación asiática.
“Los envíos de soja y maíz de EE.UU. a China en lo que va del año disminuyeron un 23% y 67%, respectivamente, respecto de 2023, mientras que las exportaciones de esos productos por parte de Brasil aumentaron”, señala el informe del USDA.
En 2023 las exportaciones agroindustriales de EE.UU. a China habían sido de 33.747 millones de dólares para ocupar el primer lugar del ranking con el 18,9% de la participación total, mientras que México y Canadá representaron el 15,8% y 15,6%.
“Pero este año se proyecta que China quedará por debajo de México y Canadá como el tercer mercado agrícola más importante para el sector”, anticipa el informe.
En el caso de Brasil, país que integra con China el bloque de los BRICs, el trámite para habilitar el ingreso de maíz brasileño fue bastante rápido y en diciembre de 2022 comenzó a realizar los primeros embarques del cereal hacia ese destino. En 2023 China pasó a transformarse en el primer comprador de maíz brasileño.
En lo que respecta a la Argentina, si bien podría haber habilitado el ingreso de maíz el año pasado, el gobierno chino se tomó su tiempo para evaluar cómo evolucionaba la situación política en el marco de las elecciones presidenciales y, con la victoria de Javier Milei, retrasó la decisión hasta finalmente instrumentarla esta semana.
Es importante tener en cuenta que el informe del USDA se elaboró antes de que se conociera la noticia de que China –seguramente a pesar del propio gobierno de Milei– decidiera habilitar el ingreso de maíz argentino, lo que probablemente obligará a revisar nuevamente la cifra proyectada de exportaciones de EE.UU. hacia la nación asiática.
Con la habilitación del maíz argentino, China está en condiciones, si así se lo propusiese, de dejar de comprar cereal de origen estadounidense, dado que podría proveerse exclusivamente con grano sudamericano y ucraniano. En tal escenario, el maíz estadounidense quedaría relegado en la matriz comercial internacional. Y eso no gratuito en términos de precios FOB.
Un factor no menor es que, con la habilitación del maíz argentino por parte de China, las exportaciones de sorgo argentino hacia el país asiático –por una cuestión logística– se tornarían más atractivas y eso también podría restarle participación al sorgo de EE.UU. en ese mercado clave.
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