Mientras que el sector aceitero argentino va camino a enfrentar una de las coyunturas más difíciles de su historia, Brasil aprovechó para seguir consolidando su industria procesadora de soja.
Un relevamiento realizado por la Asociación Brasileña de Industrias de Aceites Vegetales (Abiove) indicó que la capacidad instalada presente en el sector en 2023 se ubica en 69,2 millones de toneladas, un volumen 5,6% superior al registrado en 2022.
El número de empresas procesadoras aumentó de 62 a 63, al tiempo que las unidades de procesamiento industrial pasaron de 122 el año pasado a 129 este año y las plantas industriales activas pasaron de 95 a 106 unidades;
La capacidad de procesamiento promedio en plantas aceiteras activas en 2023 se encuentra en 193.928 toneladas/día, una cifra 10,4% superior a la registrada en 2022.
Si bien la situación presente en la Argentina es dramática debido al desastre climático registrado en el ciclo 2022/23, la elevada capacidad ociosa que sufre la industria aceitera en un problema recurrente que viene incrementándose en la última década.
La contrapartida de la situación argentina es lo que sucede en Brasil, país que viene incrementando su capacidad industrial de procesamiento de soja no sólo con el propósito de abastecer al mercado interno, sino también para consolidarse como un exportador de harina de soja.
A partir del próximo mes de noviembre –tal como anticipó Bichos de Campo– varias industrias aceiteras argentinas están planificando la suspensión de líneas de producción ante la imposibilidad de abastecerse de soja.