Con el debate sobre el desarrollo y regulación de una industria de cáñamo nacional ya en marcha, es momento de empezar a pensar qué cosas se podrán obtener del nuevo cultivo. En las últimas semanas, gracias a los debates iniciados en el Congreso Nacional, comenzó a circular una breve lista de algunas producciones en las que podría aplicarse el cáñamo como materia prima: fibras textiles, elementos de construcción, refuerzos para el concreto, papel y productos cosméticos, entre otros.
Si bien es cierto que aún falta mucha investigación y experimentación alrededor de esta planta que durante años estuvo prohibida, hay quienes lograron capitalizar sus propiedades, ingeniándoselas para no cruzar los límites legales, y que hoy se transformaron en exponentes de esta nueva industria.
Tal es el caso de Gaia Eyewear, una empresa que logró desarrollar anteojos fabricados 100% a base de cáñamo y que ya lleva más de seis años de presencia en el mercado. Fue casi de casualidad que el ingeniero industrial Mariano Percivale, de Quilmes, aplicara esta materia prima en su emprendimiento, que en 2014 le permitió lanzar los primeros marcos de cáñamo del país.
La avances en su investigación lo llevaron a ganar el premio Innovar en 2017 y a recibir llamados de compradores de todo el mundo. Hoy Gaia Eyewear exporta sus productos a España, Holanda, Colombia, Brasil, Uruguay y Ecuador.
-¿Por qué cáñamo y no cualquier otra planta?- le preguntamos a Percivale desde Bichos de Campo.
-Elegí el cáñamo por un motivo esencial que es la sustentabilidad, una palabra más compleja de lo que la gente piensa. La sustentabilidad tiene que tener sí o sí cuatro patas: una ecológica asociada al medio ambiente, el cáñamo es una planta que devuelve entre un 15% y 20% de nutrientes al suelo; una económica ligada a la generación de valor agregado y rentabilidad; una social en la que genere un efecto positivo en la sociedad, y una cuarta que es la eficiencia técnica. El cáñamo es muy eficiente, porque con poca materia se hace mucho producto.
La variedad de Cannabis que utiliza es la Sativa L. Dado que en Argentina todavía no se pueden comercializar las semillas de cáñamo de forma legal y para realizar una producción a escala se requieren muchas de ellas, Percivale importa su materia prima en forma de fibras largas que luego debe procesar en su taller.
¿Y cómo se procesa el cáñamo? Es en este punto donde aparecen una variedad enorme de técnicas distintas, todas dependientes del producto que se busque elaborar. Si se quisiera obtener un derivado textil, por ejemplo, la fibra de cáñamo podría hilvanarse con otras de algodón. Si el objetivo es producir papel puede extraerse nanocelulosa directamente desde su caña.
En el caso de Gaia, se perfeccionaron técnicas para igualar la volumetría del plástico y lograr un material igual o más fuerte que él, menos pesado, más duradero y sobre todo degradable. Eso, combinado con distintas maderas reutilizadas como lapacho, anchico o cedro, permite producir los marcos tanto para anteojos de sol como recetados.
En el taller, del que forman parte siete personas, también se realiza el ensamblado de los cristales que les provee una óptica con la que se encuentran asociados.
“El plan del cáñamo es generar una revolución sustentable en Argentina y que el país sea una potencia sustentable en pocos años. Para lograr eso hay que dejar bien plantada la industria nacional en todo el país y que sea competitiva, de alta calidad y genere trabajo. Queremos pisar fuerte afuera”, aseguró Percivale a este medio.
Además de ser emprendedor, este ingeniero forma parte de Proyecto Cáñamo, una asociación civil sin fines de lucro que se especializa en la divulgación científica del uso del cáñamo industrial, a través de cursos, conferencias, talles y charlas.
“Creo que el camino para crecer es generar valor agregado, exportar y traer divisas. Ni este ni el anterior gobierno saben cómo exportar. Todos salen a vender con los mismos productos que ya hacen otros países”, comentó.
-¿Cómo se beneficiaría tu negocio si finalmente sale esta ley para el cáñamo industrial?
-Se beneficiaría porque podría conseguir la materia prima más fácilmente. Uno podría generar sus propios cultivos y formar toda la cadena de valor. Eso es esencial: tener la materia prima para investigarla, para trabajarla de la manera que quiero, sin tener que conseguir únicamente un tipo de fibra. Hoy solo estamos usando un 2% de la planta.
Según se informó desde el Ministerio de Producción, esta industria podría generar 10.000 puestos de trabajo, 500 millones de dólares anuales en ventas al mercado interno y otros 50 millones de exportaciones. La iniciativa para crear un marco regulatorio de ella continúa siendo debatida por el Congreso Nacional.