La Secretaría de Agricultura de Fernando Vilella ha decidido aplicar un ritmo de vértigo a la aprobación de una nueva generación de transgénicos u organismos genéticamente modificados (OGM). A la autorización para el uso en el país de cinco tipos de levaduras transgénicas que mejoran el proceso industria para extraer bioetanol del maíz, ahora se ha sumado una bacteria modificada para elaborar una vacuna contra una enfermedad de los porcinos.
“Autorízase la comercialización de la cepa vacunal recombinante Nexhyon presente en la vacuna Mhyosphere PCV ID, la cual será destinada a la inmunización activa de cerdos para la protección frente a Mycoplasma hyopneumoniae y circovirus porcino, y a la mejora de los parámetros productivos, solicitada por la firma HIPRA Argentina SA”, dice el primer artículo de la Disposición 2/2024, firmada por el subsecretario de Bioeconomía Pablo Nardone, y que se publicó este viernes en el Boletín Oficial.
Vamos por partes, diría Jack el destripador.
Este es un transgénicos de segunda generación. Desde 1996 la Argentina viene autorizando, más rápido o más lento, cultivos modificados genéticamente. Pero la autorización por parte de la Conabia, el Senasa y la propia Secretaría de Agricultura, de este tipo de microorganismos OGM es novedosa. El primer producto de este tipo es un virus de la leucosis bovina modificado por investigadores del INTA, aprobado en septiembre de 2022. Luego siguieron las levaduras aprobadas por esta gestión.
La firma Hipra Argentina SA, que en realidad es la filial de una empresa veterinaria española que aquí tiene una filial en La Plata, había presentado la solicitud por la cepa vacunal recombinante Nexhyon presente en la vacuna Mhyosphere PCV ID, que es una vacuna disponible en otros países para la inmunización activa de cerdos frente a Mycoplasma hyopneumoniae y circovirus porcino.
Un video de la empresa en España explica en qué consiste la bacteria Nexhyon, que es el microorganismo modificado que ahora se agrega a esa lista previa. La vacuna original fue lanzada en Europa en el año 2020.
¿Y para que serviría esa vacuna?
La Mycoplasma hyopneumoniae es un importante microorganismo patógeno del ganado porcino en todo el mundo. Un virus, en definitiva, que ataca sobre todo las vías bronquiales, lo que reduce las defensas naturales de las vías respiratorias superiores y las hace más vulnerables a infecciones secundarias. Este microorganismo es un componente fundamental de otros dos síndromes patológicos de gran importancia que afectan a la industria porcina: la neumonía enzoótica y el complejo respiratorio porcino (PCR).
“El impacto de la infección por M. hyopneumoniae puede ser grave, tanto en términos económicos como de bienestar animal. Una vez establecida, la infección por M. hyopneumoniae puede permanecer durante períodos prolongados en las explotaciones afectadas, a pesar de los programas de vacunación”, indica una información del laboratorio Zoetis.
Lo que hizo agricultura es entonces aprobar ahora una bacteria modificada (recombinante) que es necesaria para la fabricación de un tipo de vacuna contra esa emnfermedad.
El trámite estaba pendiente de aprobación desde 2022 y en estas pocas semanas de gestión el equipo de Vilella aceleró la aprobación de estos expedientes demorados. La Conabia ya había dado su visto bueno considerando positiva la utilización de esta cepa vacunal recombinante inactivada Nexhyon, ya que “de esta evaluación, se concluye que, al encontrarse inactivada, la misma es más segura para el agroecosistema que la variante salvaje 6314 de Mycoplasma hyopneumoniae”.
El Senasa también realizó sus propios estudios. Y tras el análisis del caso, dijo que los consumidores están seguros porque “la vacuna Nexhyon que contiene la cepa vacunal inactivada de la bacteria Mycoplasma hyopneumoniae genéticamente modificada, no es utilizada como alimento”. De todos modos, ahora que se logró la aprobación de este OGM el organismo recordó que la empresa fabricante de la vacuna no podrá vender libremente el medicamento, sino que “deberá realizar los registros y evaluaciones del producto veterinario que contenga dicha cepa en las áreas correspondientes de este Servicio Nacional”.
Con todas las opiniones técnicas recopiladas, ahora el subsecretario Nardone hizo efectiva la aprobación comercial de esta innovación, profundizando una clara nueva etapa en la historia de la biotecnología en la Argentina, donde las modificaciones pesan más sobre el ADN de los microorganismos que de cultivos convencionales.