Fernando Bianchi es un productor ganadero que forma parte de la llamada Alianza del Pastizal y asume así un compromiso con el cuidado del ambiente que homologa con la reseña de su propia historia.
“En el 2003, 2004, 2005, con la locura de la soja, teníamos campos alquilados haciendo ganadería en General Las Heras y nos lo sacaron para hacer soja, con resultados desastrosos. Pero nos tuvimos que ir, y en ese momento buscamos en la Cuenca del Salado, que también tenía los precios corridos por la soja para alquileres ganaderos. La soja levantó los precios de todo”, recuerda.
Como consecuencia de esa corrida y en busca de un lugar para seguir criando bovinos, hasta debió migrar hacia Uruguay y comenzó a producir en Paysandú. “Fue todo un desafío. Un ambiente productivo muy diferente al que estábamos acostumbrados; campos agrícolas muy degradados por cien años de agricultura tradicional. Ahora estamos en ese proceso de regenerar el campo”, asume con decisión.
-¿Qué es ser ganadero “de pastizal”? ¿Es una definición productiva o ambientalista?
-Es una mezcla de todo. Es una visión holística donde se tiene en cuenta todo lo que está involucrado en el proceso productivo. Para nosotros las bases forrajeras siempre fueron pasturas naturales. Muy al principio hicimos algunas praderas (en General Las Heras) con resultado muy diverso porque son suelos con muchas limitaciones físicas que no permitían tener una producción estable de praderas implantadas”.
En la misma respuesta rememora que en los años 1995/96, cuando comenzaban con el pastoreo racional, “fuimos llevando todo el campo a campo natural; todo lo que había de base forrajera de ese campo, que estaba degradado, sobre pastoreado, que era el principal problema”.
“Entonces se empezaron a dar los tiempos de descanso necesarios, empezamos a mover los animales por distintos ambientes productivos a lo largo del año, fuimos generando cambios positivos en la producción y en la calidad del pasto que empezábamos a lograr”, contó. Eso los definió para ‘volcarse’ al campo natural completamente.
Mirá la entrevista completa con Fernando Bianchi:
-¿Hay cuestiones a favor y otras en contra entre pasto natural y pasturas implantadas?
-Hay un ensayo comparativo de la Alianza del Pastizal, con los distintos sistemas productivos de campos CREA, y los resultados de La Alianza del Pastizal son superadores a cualquier planteo, con distintos niveles de intensidad de plantos de los grupos CREA.
Bianchi advirtió que hay cierta tendencia de achacarle al campo natural ser un ecosistema de baja producción. “Todo lo contrario”, exclamó, para añadir que “lo que tiene el campo natural es que está sobrepastoreado, con un mal manejo. Con buen manejo tiene una diversidad de especies y una calidad forrajera impresionante. Y no solamente que tiene esa productividad sino que tiene costo prácticamente cero de implantación, de tratamiento, porque este sistema lo que busca es producir conservando”, describió.
En una misma línea, agregó que “se trabaja en un ambiente productivo que está en equilibrio. No hay que fumigar, ni desmalezar, ni fertilizar, porque todo se hace a través del manejo de los animales”.
En la visión holística a la que hizo referencia, “se está trabajando con el ciclo del agua, el de los minerales, con la biodiversidad, con el ciclado de nutrientes. También se trabaja con todas las comunidades que están involucradas en el proceso productivo -pequeños pueblos y ciudades- y en nuestro caso (con la venta de carnes) con nuestros clientes de la ciudad de Buenos Aires”, indicó, desacreditando a las voces proclives a la intensificación.
Este es el video del proyecto de Fernando:
La carne que venden (marca orgánica La Julia) tiene la acreditación de que fue producida bajo el sistema de pastizal, llegando a consumidores finales, a algunos restaurantes, a un supermercado orgánico. “Tenemos certificada la producción como ‘orgánica´ desde el año 2001, aparte de la certificación de La Alianza del Pastizal”, explicó.
“Muchas veces nos reprochan que estamos mirando los pajaritos y nos olvidamos de la parte productiva. ¡Y no! Se produce conservando. El negocio del campo productivo tiene que ser rentable, sino es imposible que funcione. No podemos mejorar o incrementar la biodiversidad si el campo está perdiendo plata”, enfatizó.
-¿Entonces por qué la mayoría de los ganaderos no adopta este sistema?
-Puede ser por desinformación, por historia, por cultura, por tradición familiar; es lo que enseñan en las facultades, mayormente producir con un alto uso de insumos, sin tener en cuenta la producción de calidad que da el campo natural.
“Se trata de desaprender y volver a aprender”, reflexionó Fernando.
Para ese cambio de paradigma “es muy bueno el grupo de productores, como La Alianza del Pastizal, donde te encontrás con un universo enorme que aplica estas técnicas de manejo holístico en una región muy amplia, que alcanza a Paraguay, Brasil, Uruguay, Argentina. No estás solo. Con la tecnología de la comunicación está toda la información al alcance de la mano, se pueden hacer las cosas de otra manera y con un grado de rentabilidad mayor. Se logran producciones altas con costos muy bajos”, apuntó.
La huella ambiental condiciona la entrada a muchos mercados. Es otra arista a tener en cuenta para “cambiar la forma en que estamos produciendo. El sistema con que estamos trabajando para producir alimentos para el mundo, realmente venció. Pero no estamos haciendo los cambios necesarios para revertir esa situación”, advirtió Bianchi marcando la cancha.
Aparte de la rentabilidad que es por lo que muchos adoptan este tipo de manejos recuerdo una frase de Federico Vasqueto ¡este sistema no para de darnos satisfacciones! .