Yerba no hay. ¿Qué hacemos?
Quizás este chiste vulgar comience a escucharse mucho más seguido en los próximos meses. La fuerte sequía que castiga el NEA desde hace varios meses se ensañó especialmente con los yerbales, a punto tal de que ya está provocando la mortandad de miles de plantas jóvenes que estaban ingresando en el circuito de producción. Eso resentiría la oferta de la más popular infusión justo en momentos en que ha crecido fuerte su consumo entre los Argentinos. A agarrarse. ¿Qué hacemos?
En Misiones y el norte de Corrientes, de dónde sale el 100% de la yerba mate producida en la Argentina, no llueve desde hace casi tres meses. Y además se van sucediendo días con temperaturas extremas, de más de 40 grados, que vuelven más compleja la situación. La famosa tierra colorada es una trampa, pues no es buena reteniendo la poca humedad disponible. Aunque se esperaba alguna lluvia aliviadora, muchos ejemplares de Ilex paraguariensis están sufriendo como pocas veces sucedió.
El de la yerba mate es un árbol que libremente puede llegar a crecer hasta los 15 metros. Para su explotación comercial nadie lo deja llegar tan lejos, porque lo que se cosechan son sus hojas, los brotes más verdes. Los yerbales más viejos suelen ser más altos y echaron raíces que todavía le permiten soportar la situación, buscando humedad en los profundo del suelo. Pero las nuevas plantaciones, que han sido hechas con una alta densidad (mayor cantidad de plantas por hectárea), directamente se están secando. Las plantas se mueren.
Varias fuentes confirmaron a Bichos de Campo esta situación extrema, que resulta inédita porque nadie recuerda haber visto algo igual. “Hay yerbales nuevos de alta densidad que son los más sufridos. Son plantaciones de cinco o seis años, que se están secando completas, de arriba a abajo. Cuando mas alta la densidad mas fuerte la desecación”, describió un ingeniero agrónomo especializado en el cultivo.
“Nunca vimos que se mueran plantaciones de yerba”, confirmó el director de Producción del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), Jonas Petterson. Explicó que por la intensa sequía se mueren principalmente las plantas más chicas, pero que el daño a la producción de yerba mate será peor en la medida que vayan muriendo también los ejemplares más grandes. “Esa es la planta que está generando producción”, explicó en declaraciones al canal local Noticias del 6.
Todavía no hay posibilidad de mensurar el daño que está provocando la falta de lluvias, que viene de hace varios años pero que en 2021 fue mucho más dramática, porque hay zonas productoras que recibieron unos 500 milímetros menos respecto de los 1.850 milímetros del promedio normal. Para peor, la sequía se hizo mucho más pronunciada desde noviembre pasado, coincidiendo con una etapa crítica para el cultivo. Los yerbales hacer tres floraciones, en el último bimestre del año, en el primer bimestre del nuevo año y el último entre marzo y abril. Son esos procesos los que definirán la cantidad de hoja verde.
Para colmo, en Misiones hay dos focos de incendios activos desde hace varias semanas que también han arrasado yerbales enteros y plantaciones forestales:
El posible faltante de yerba mate, que se comenzaría a sentir en los próximos meses (el producto llega al mercado con un estacionamiento de por lo menos 9 meses y hasta de 2 años), podría poner en jaque el abastecimiento de esta popular infusión a los mercados. Especialmente porque, como suele suceder en momentos de crisis económica, el consumo interno de yerba se ha disparado en 2021 y está en niveles históricamente altos.
Los números del INYM dan cuenta de una productividad también elevada en los últimos doce meses. En total ingresaron a los secaderos 882.095.968 kilogramos de hoja verde, el nivel más elevado de las últimas cinco campañas. En 2020, en rigor, se habían cosechado solo 813 millones de kilos, es decir que la producción creció más del 10%.
Una vez seca y canchada, la yerba mate que se despachó desde los molinos yerbateros al mercado interno totalizó los 282 millones de kilos el año pasado, con un crecimiento del 5% respecto de los 268 millones de kilos de 2020. Adicionalmente el sector envió 35,5 millones de kilos al mercado de exportación.
Este alto nivel de demanda, según algunas fuentes consultadas, se soportó gracias al aporte de unos 30 millones de kilos de yerba mate que se importaron desde los otros dos países productores de yerba, que son Paraguay y Brasil. Pero ahora esos vecinos sufren la misma sequía que las zonas productivas en la Argentina, y daños semejantes. Habrá que ver la evolución en toda la región para ver si habrá posibilidad de volver a importar la hoja en grandes cantidades.
La situación encuentra además a la Argentina en una situación casi insólita, pues a partir de este año el INYM, como organismo regulador de la actividad, está imponiendo límites muy estrictos a las nuevas plantaciones. Los productores, sean grandes, pequeños o medianos, solo podrán incorporar 5 hectáreas por año, y solo si han tramitado los permisos correspondientes ante las autoridades.
Esta política, avalada desde el Ministerio de Agricultura de la Nación, pretendía poner límites a las grandes plantaciones de yerbales con técnicas modernas, como la alta densidad. Es que el área en manos de grandes empresas había crecido mucho en los últimos años y desde INYM se quiere evitar una sobreoferta de yerba que finalmente perjudicara a los tradicionales colonos misioneros. Debido a esas nuevas plantaciones la superficie con yerbales llegó en 2021 a las 177.534 hectáreas, de las cales 154.449 están ubicadas en Misiones y las restantes 23.085 hectáreas en Corrientes.
Justo este martes, en el Boletín Oficial, el INYM publicó una nueva resolución que establece que las autorizaciones de nuevas plantaciones deben presentarse ante el organismo con “por lo menos 30 días de anticipación a la fecha de implante”. Hasta ahora ese plazo había sido fijado en 90 días.