Un clásico de las sucesivas Expoagro es cuando las cuatro cadenas de cultivos de la Argentina (soja, trigo, maíz y girasol) presentan una posición común sobre la situación actual y las perspectivas del principal negocio que tiene el país: la agricultura extensiva. Este año, obviamente, hubo caras largas debido al fuerte recorte de la producción que provoca la sequía. Pero los directivos le trataron de poner onda y apuntaron a una recuperación para la campaña 2023/24. Claro que si comienza a llover y los políticos corrigen algunas cosas.
De esto habló Bichos de Campo con Luis Zubizarreta, el presidente de la cadena sojera, Acsoja, quien compartió el panel con Miguel Cané, de Argentrigo; Pedro Vigneau, de Maizar; y Enrique Moro, de Asagir. Éste último fue el único cultivo que pudo mostrar un desempeño estable, porque la cosecha para todo el resto de las opciones sufrirá fuertes recortes este año.
-¿Hoy fue un día de catarsis? Todos los año se quejan un poquito, pero hoy debe haber sido de catarsis total con este año de sequía.
-Y sí de catarsis, es una situación catastrófica. Pero también lo que queremos levantar es que este es un episodio de nuestra historia. Después va a venir otra cosecha y otra, y otra. Y más allá de que esta cosecha es un drama y que eso generó un montón de problemas, nosotros lo que estamos diciendo desde hace tiempo es que los gobernantes tienen que trabajar en una política de Estado que vuelva a hacer crecer la torta y eso no tiene mucho secreto, porque al final hay que ver sencillamente lo que hacen nuestros vecinos exitosos y hacer algo parecido. Nosotros hemos hecho lo contrario hace mucho tiempo y esto es parte del drama argentino. Todo eso es porque queremos inventar la rueda y lo hacemos muy mal.
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-¿Están agotadas las chances de cambiar esas políticas en el actual periodo de gobierno?
-Coincido, pero también creo que hay que construir con todos, porque el que se está yendo quizás vuelve. Y acá uno de los problemas que tenemos es que uno viene y saca las retenciones. Otro vuelve y las repone. Yo insisto con el modelo de los demás porque es muy gráfico Brasil: Viene Lula, viene Bolsonaro, vuelve Lula y el sector anda como un relojito. A nadie se le ocurre ponerle retenciones o un tipo de cambio especial. Y así funciona hace bastante tiempo y crece como un jet. Nosotros tenemos ese potencial. No digo que más, pero tenemos ese potencial.
-¿Y cuál sería el beneficio para la política?
-Una cuenta que hacía el otro día. La Argentina producía 60 millones de toneladas de soja en 2015. Si nosotros a partir de ese momento, sacando este año la sequía, hubiéramos crecido a la mitad del ritmo de Brasil, el Estado recaudaría todavía más con retenciones del 20%. ¿Me escuchaste? Solo nosotros queremos poner el caballo adelante del sulky.
Zubizarreta y sus compañeros de las cuatro cadenas han apoyado la semana pasada el proyecto del Consejo Agroindustrial Argentina que propone una reducción paulatina de las retenciones hasta su eliminación definitiva en 2033.
“Somos conscientes que el Estado necesita los recursos que hoy tiene, porque seamos realistas, estamos en la Argentina con el nivel de pobreza que tiene. Pero justamente estamos convencidos de que con una torta más grande eso va a solucionarse fácilmente. Es el huevo y la gallina, porque en la medida en que va generando ese incentivo, cada vez crece más el incentivo es mayor para producir y entramos en el círculo virtuoso, el contrario del que venimos viviendo hace 40 años con una estrategia anti exportadora.
-Ustedes entonces ya sueñan con una revancha en la campaña 2023/24. Pero antes hay que saldar la cuenta de la 2022/23, que va a ser muy mala, con la cual mucha gente va a perder plata. ¿No hay que inyectar capital de trabajo para volver a sembrar? ¿No hay que hacer un montón de cosas en los próximos meses?
-Sí, yo voy a dar mi opinión: cuento poco con el Estado ayudando en eso. Creo que los privados vamos a tener que arreglarnos, pero hay una buena noticia si tenemos un panorama razonable hacia adelante, el mundo necesita que produzcamos y quiere comprarnos. Entonces obvio que es un problema importante el capital de trabajo. Pero yo tengo la sensación de que los privados lo vamos a poder solucionar de un modo u otro si tenemos un buen negocio en las manos. Soy optimista de que lo tenemos y que entonces la plata va a aparecer de algún lado. Ojalá convenzamos a la política de que cambie el rumbo.