Por Nicolás Razzetti.-
Hay revuelo en el sector productor del etanol. Hace pocos días el periodista Fernando Bertello, en el diario La Nación, publicó declaraciones del secretario de Agregado de Valor, Néstor Roulet. El funcionario nacional salía al cruce del lobby desplegado por “los gobernadores de Córdoba, Juan Schiaretti, y de Tucumán, Juan Manzur, por haber solicitado que se incremente del 12 al 15% la participación del bioetanol en las naftas”. Al parecer la estrategia elegida por el equipo de Mauricio Macri sería otra.
Según Roulet, el Gobierno tiene decidido efectivamente ir hacia un mayor porcentaje de corte con etanol, pero cambiando las condiciones para las empresas proveedoras, que hoy tienen asegurado un precio por el biocombustible, ya sea originado a partir de maíz o de caña de azúcar.
En síntesis, Roulet “consideró que antes de hacer un incremento como el que piden los gobernadores deben hacerse varias modificaciones en el sistema actual”. Es decir, pateó una definición para más adelante.
La respuesta no se hizo esperar. El Gobierno de Córdoba difundió un comunicado en el cual señala el apoyo a la postura de ambas provincias por parte de la Cámara de Bioetanol de Maíz.
Según el comunicado, los ministros de Agricultura de Córdoba y de Tucumán se comunicaron con Patricio Adam, director ejecutivo de esa cámara, quien en la charla indicó: “Nuestra preocupación radica en que esas demoras se dan en un momento que el país necesita inversiones y crear fuentes de trabajo”.
En comunicación con Bichos de Campo, Adam quiso bajarle el tono a la confrontación y señaló: “Estamos todos de acuerdo en que hay que avanzar. El problema es que el Gobierno hace un año y medio dijo que iba a aumentar el uso del etanol, pero vemos que la medida se demora”.
Además consideró que ampliar el corte de las naftas habilita una gran oportunidad para generar inversiones. Y agregó: “Es un error decir que el 15% demandará instalar nuevos surtidores, porque se pueden usar los mismos que hoy se utilizan para el E12”.
La crisis energética de los últimos años obligó al incremento de las importaciones de combustibles, por eso en el sector creen que potenciar el desarrollo de las energías renovables ayudaría a evitar la dependencia de la importación.
La mayor producción de etanol a su vez incentivaría la siembra de maíz y evitaría los crónicos excedentes de azúcar en las provincias del norte. De allí el interés de provincias como Córdoba y Tucumán.
Quienes quieren ampliar ya el mercado agregan que una medida del estilo ampliará de inmediato la disponibilidad de alimentos para los consumos de vacas, aves, cerdos y tambos.
Al respecto el consultor y especialista en energías renovables, Martín Fraguío, ejemplificó con lo que sucede en Estados Unidos: “Allí la industria del etanol vuelve a tener un récord de producción, que llegó a los 60 millones de metros cúbicos de etanol. Es 60 veces más grande que la industria en Argentina. El objetivo inicial fue que le aumente el precio al productor de maíz, pero en el tiempo no solamente se generó un precio adicional a ese maíz sino una cantidad de riqueza. Para cuantificarlo, la cosecha de maíz de Estados Unidos que ronda las 400 millones de toneladas, vale cerca de 60.000 millones de dólares y el 30% de esa demanda es para etanol. Además genera empleo para 370.000 personas, cuando el cultivo de maíz demanda 1 millón de puestos de trabajo”.
La pregunta obligada es cuál es el potencial de desarrollo del etanol en la Argentina. Fraguío consideró que “el crecimiento está limitado por el mercado, la Argentina debe reordenar la comercialización interna y lo que le convendría es copiar lo que hace Brasil, cuya industria automotriz está integrada a la nuestra. Allí los autos funcionan con motores que consume naftas con 27% de etanol pero también tienen la opción de cargar sólo etanol”, explicó.
Fraguío consideró que nuestro país podría destinar 1 millón de las hectáreas que se siembran con maíz al etanol y así “cuadruplicar su producción, que es de menos de 1 millón de metros cúbicos por año”.