Una investigación realizada entre el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y la Oficina local de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) relevó que las tecnologías de acceso al agua para uso doméstico y productivo lograron reducir a la mitad el tiempo en que las familias dedicaban a la búsqueda y acarreo de agua, tareas realizadas en zonas rurales por un número significativo de niños y niñas.
El relevamiento se hizo sobre 497 casos de niños, niñas y adolescentes distribuidos en 187 hogares de todas las regiones del país, y se comprobó que las horas semanales dedicadas a recolectar agua se redujeron casi un 50% gracias a obras de acceso al agua familiares y comunitarias, orientadas a la captación, conducción, almacenamiento y distribución del recurso hídrico para uso integral, es decir, para consumo doméstico, producción y riego.
El dato no es menor en medio de un 2021 considerado por la OIT como Año Internacional para la Eliminación del Trabajo Infantil y porque, a pesar de que este disminuyó 38% en el último decenio, aún hay 152 millones de niños en el mundo que se ven afectados.
Al mismo tiempo, este 22 de marzo las Naciones Unidas establecieron que se celebre el Día Mundial del Agua y no sólo para marcar la relevancia de ese recurso vital para la vida en la tierra, sino también para recordar que cerca de 2200 millones de habitantes del planeta viven sin acceso al agua potable.
El relevamiento se llevó a cabo bajo el liderazgo del proyecto de la OIT en el país llamado “Offside: ¡Marcando la cancha!”, el cual se busca generar conocimiento y políticas públicas para erradicar el trabajo infantil en las áreas rurales de la Argentina. El mismo está focalizado en tres sectores productivos: (ajo, tomate y algodón) y en tres provincias (Buenos Aires, Mendoza y Santa Fe).
Lo que comparó el estudio fue el antes y el después de los proyectos especiales del Programa ProHuerta, el cual depende del INTA y es financiado por el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación para instalar diversas tecnologías de acceso al agua.
A partir de la implementación de esos proyectos fue posible pasar del 17 al 53% de hogares que cuentan con agua por cañería dentro de la vivienda, al tiempo que todas las familias involucradas en esos emprendimientos cuentan ahora con acceso al agua dentro de su predio, lo cual reduce el tiempo destinado a la obtención y el transporte.
Por otra parte, el 85% de los hogares encuestados consideran que, a partir de la implementación de la tecnología, pudieron dedicar más tiempo a la escolaridad de los niños y niñas y dar nuevos usos al agua, tales como alimentación, lavado de ropa e higiene personal.
En esos casos la continuidad educativa se pone en riesgo por falta de tiempo o cansancio. En efecto, el relevamiento arrojó que el 4,5% del total de niños y niñas de entre 13 y 15 años, así como el 25,5% del total de adolescentes, no asisten a la escuela.
María Eugenia Figueroa, coordinadora nacional del proyecto “Offside: ¡Marcando la cancha!”, resaltó que “las mujeres son quienes asumen la mayoría de esas tareas, con el apoyo de los niños y las niñas” e indicó que “hay que generar evidencias y articular programas y estrategias de intervención que promuevan posibles soluciones a un problema común”.
Diego Ramilo, director del Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Agricultura Familiar (CIPAF) del INTA, destacó que gracias a la asociación formada con la OIT se generaron más de 550 proyectos especiales del programa Prohuerta que beneficiaron a 16 mil familias en acceso al agua.