Alegando que existe un gran atraso en la cosecha de trigo (lo cual no es tan cierto, según la última estimación de la Bolsa de Cereales) y que las exportadoras se han llenado de compromisos de embarque de ese cereal para los meses de febrero y marzo, la Secretaría de Agricultura decidió extender los plazos legales de vigencia de las DJVE (declaraciones juradas de ventas al exterior), de modo de otorgarles más tiempo a los exportadores para concretar esas operaciones.
“Otórgase una Prórroga Automática Excepcional de 30 días corridos, contados a partir del fin de embarque a las DJVE con fecha de fin de embarque comprendido entre el 1 de febrero y el 29 de febrero de 2024, y de 60 días corridos a las DJVE con fecha de fin de embarque comprendido entre el 1 de marzo y el 31 de marzo de 2024, para la partida arancelaria 1001.99.00 (Trigo pan)”, dice el primer artículo de la Resolución 5/2024, firmada por el secretario Fernando Vilella y publicada en el Boletín Oficial.
De esta forma, los exportadores podrán reordenar su cronograma de embarques originalmente previsto para el bimestre febrero/marzo para fechas bastante posteriores. Lo de febrero podrá ser retrasado a marzo y lo de marzo hasta dos meses después, en mayo próximo.
Lo curioso es cómo justifica Agricultura esta prórroga en la vigencia de las declaraciones de exportación del próximo bimestre: con el argumento de la gran sequía que ya era utilizado por las autoridades del gobierno anterior como justificación de todos los males de la república.
“En orden a las posibles derivaciones en el ámbito de la exportación de granos y subproductos alcanzados por la Ley 21.453, como consecuencia de la gran sequía que afectó a todo el territorio de la República Argentina durante la campaña 2022/2023, y habiéndose prorrogado las DJVE de la mencionada campaña, se generó una inusual concentración en los meses de febrero y marzo”, argumentó el organismo.
Luego dijo que “adicionalmente, la presente campaña 2023/2024 también ha sufrido los efectos de eventos climáticos extremos que generaron mermas de producción y un atraso inusualmente alto en la cosecha en algunas de las principales zonas productoras”, y que por lo tanto “resulta necesario adoptar medidas concretas a los fines de contener las consecuencias que se pudieran ocasionar y sus implicancias en el escenario de la exportación agrícola”.
Según el último panorama agrícola de la Bolsa de Cereales, el atraso mencionado no sería tan grave, pues recién entrado enero queda solamente menos de 1 millón de hectáreas por cosechar (cerca del 15% de la superficie triguera). Se espera una producción que ronde los 15 millones de toneladas, con una leve recuperación respecto de las 12.5 millones del año anterior.
Como sea, el secretario Vilella justifica en esta “situación extraordinaria y excepcional” la necesidad de esta prórroga, que de todos modos tiene seguramente otras razones entre los operadores para solicitarla. De hecho, el trigo es el único grano en el cual no se han desatado corridas de las cerealeras para anotar nuevas DJVE y evitar así la preanunciada suba de retenciones, del 12 al 15%, como sí acontece en el maíz y otros granos.
La decisión de Vilella se basa en un “Informe Técnico producido por la Subsecretaría de Mercados Agropecuarios”, que ha quedado en este gobierno a cargo del ex economista de la Bolsa de Cereales, Agustín Tejera.
Muchos ven de esto otras intencionalidades más allá de la voluntad de aliviarle la vida a las cerealeras debido a la sequía. De hecho, ya es común que utilice el gobierno este tipo de prórrogas para manejar de algún modo el mercado, siempre con el productor como víctima.
En noviembre de 2022, de hecho, la Secretaría de Agricultura otorgó una prórroga excepcional de 360 días corridos a las DJVE-360 de trigo con período de embarque comprendido entre el 1 de diciembre de 2022 y el 28 de febrero de 2023. Eso permitió trasladar los permisos de exportación del cereal 2022/23 a los primeros meses de la próxima campaña 2023/24, de manera tal que las empresas no tuvieran que salir a originar trigo para cumplir con los embarques declarados.
Y el pasado 19 de abril se procedió a extender por 360 días la prórroga de las DJVE de trigo con inicio de embarque comprendido entre el 1 de diciembre de 2022 y el 31 de julio de 2023. Adicionalmente, se estableció que la Secretaría de Agricultura podrá otorgar una prórroga excepcional de hasta 180 días corridos para las partidas registradas a partir de agosto de 2023, aunque por el momento no hay ninguna declarada en esa fecha.
Muchos se preguntaron cuál era la razón de implementar una extensión tan grande de las DJVE, que incluso abarca toda la campaña 2023/24 del trigo que ni siquiera se sembró aún, y la respuesta era que los exportadores ya no tenían ninguna obligación de embarcar trigo en los períodos asignados durante lo que quedaba de ese año y el 2024, lo que implica que el cereal que tienen en su poder pueden venderlo tanto a la molinería local como al exterior según mejor les convenga.
es lo mismo que hacía el kirchnerismo
creo q es equivalente a prohibir las exportaciones,
pero la palabra prorroga suena mejor
es un acuerdo de gobierno y exportadores para desinflar la demanda y perjudicar a los productores