Los insumos de origen biológico vienen tomando una relevancia cada vez mayor en la producción agrícola, tanto en Argentina como en el resto del mundo. Son aquellos que están formulados en base a extractos vegetales o microorganismos, que se utilizan para poder producir en forma más amigable con el medio ambiente, al menos frente a la mala prensa que se ha apoderado del mundo de los agroquímicos. De esa forma lo presentan quienes los promueven, producen, y utilizan.
La relevancia creciente que este tipo de insumos posee, plantea la incógnita de saber si vienen a reemplazar a los insumos de síntesis química, o tradicionales, como los herbicidas, fungicidas o insecticidas que se utilizan para la producción de granos, o vienen a complementar ciertas necesidades alternando cuando sea posible.
También proyecta otro debate, que está dado en el crecimiento y adopción de este tipo de tecnologías. Si bien se registra un crecimiento año a año de la utilización de bioinsumos, para Roberto Rapela, presidente de la Cámara Argentina de Bioinsumos (Cabio), ese aumento que ronda el 10% anual, encuentra en nuestro país un tope, algo que el directivo atribuye a la falta de promoción estatal del uso de los mismos, y sobre todo a su ausencia en los programas de las carreras universitarias y técnicas.
De acuerdo a lo que Rapela analiza, “estamos muy atrasados en la adopción de estas medidas debido a que hay poco conocimiento en las universidades acerca de los bioinsumos. Por lo tanto, desde Cabio estamos trabajando muy específicamente sobre una currícula que la pueden utilizar de pregrado, grado y posgrado, en todo lo que se refiere a la agricultura y la ganadería. En definitiva la falta de conocimiento hace que no se pueda utilizar en forma adecuada este tipo de insumos”.
Mirá la entrevista completa con Roberto Rapela:
Este panorama que describe Rapela infiere que muchos asesores agronómicos no recomienden el uso de estos productos por falta de conocimiento sobre los mismos. “Las universidades tienen currícula muy escasa respecto a los bioinsumos, y algunas directamente nada. Entonces el desconocimiento de los profesionales es muy alto. Por lo tanto, es lógico que muchísimos no sepan cómo aplicarlo, para qué sirven, cómo se hacen y cuál es realmente el valor de la aplicación”, afirma el referente en la materia.
De hecho cuenta el propio presidente de Cabio, que tiene campo en Entre Ríos, que conoce a muchísimos ingenieros agrónomos “que son excelentes profesionales, pero que tienen un desconocimiento tan grande los bioinsumos que piensan que son preparados que se hacen en la casa de cualquiera y que no están aceptados por Senasa, que son las instituciones que tienen que hacer el contralor de estos bioinsumos para que esto sea sostenible y sustentable como corresponde”.
Es por eso que durante el diálogo con Bichos de Campo, Rapela profundiza en el rol que tiene el organismo sanitario en este sentido, ya que agrega: “Estamos trabajando muchísimo con Senasa, con una muy buena receptividad, para poder acelerar la inscripción de los bioinsumos, ya que hasta ahora se inscribían en el sector de agroquímicos”.
“Por lo tanto, ahora que estamos haciendo esa modificación que Senasa aceptó y está trabajando muy seriamente con nosotros: vamos a lograr que los bioinsumos y las pequeñas empresas que producen insumos puedan con mucha facilidad poder empezar a vender estos productos biológicos que van a ser el futuro del mundo”, contó.
Muy buena la nota.
Soy Oscar Turino, pertenezco a la empresa campo biológico.
Es una realidad lo que plantea el ing. Rapela.
En nuestra empresa producimos preparados biológicos, y lo padecemos.
Quizas la adopción sea mas alta de lo que plantea Rapella. En los campos que adoptan el enfoque agroecologico, el uso de bioinsumos de producción artesanal es alto. El problema lo tienen las empresas, que no venden lo que pretenden.