Los problemas operativos para concretar exportaciones e importaciones en terminales portuarias, lejos de tender a solucionarse, se agravaron en las últimas jornadas.
Anoche parecía que iban bien encaminadas las negociaciones paritarias entre la Cámara de Armadores de Remolcadores y los estibadores (SOMU) e integrantes del Centro de Patrones y Oficiales Fluviales, del Centro de Jefes y Oficiales Maquinistas Navales y del Sindicato de Conductores Navales.
Sin embargo, la negociación no pudo finalizar con éxito porque los patrones fluviales reclamaron que el acuerdo contemplara el equiparamiento de las condiciones laborales establecidas para los trabajadores que se desempeñan en remolcadores de empuje (convoyes) respecto de los que realizan tareas en remolcadores de puerto (maniobra).
Esa exigencia, que excede una negociación paritaria porque contempla una modificación de las categorías determinadas en el estatuto gremial, no fue aceptada por las empresas remolcadoras.
Patrones fluviales y estibadores (SOMU) también tienen un frente abierto con las empresas de practicaje, pero el pasado miércoles 23 de diciembre volvieron a prestar ese servicio luego de que las autoridades del Ministerio de Trabajo dictaran una conciliación obligatoria por quince días.
Por otra parte, los recibidores de granos afiliados a Urgara mantienen medidas de fuerza por reclamos salariales en las terminales de Aceitera General Deheza en Timbués, Cofco Lima, Cargill Punta Alvear y Bahía Blanca, LDC Bahía Blanca, Oleaginosa Moreno (Glencore) Bahía Blanca y Terminal Bahía Blanca
Además, si bien Urgara había logrado a fines del año pasado acordar la paritaria 2020/21 con la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA), Sitio 0 de Quequén, ADM Argentina y Molinos Cañuelas, en las últimas horas se preparaban también medidas de fuerza contra esas empresas por un reclamo relativo al pago del bono anual. Por ese motivo, ADM suspendió cupos de recepción de granos para mañana miércoles en las terminales de San Martín y Arroyo Seco.
El conflicto, al presentarse en plena cosecha fina, está demorando la entrega y liquidaciones de partidas de trigo y cebada, lo que compromete financieramente a muchas empresas agrícolas que contaban con tales ingresos para poder abonar compromisos pendientes.
El congestionamiento de buques en las principales terminales portuarias argentinas no sólo complica al sector agroindustrial argentino –principal generador de divisas de la economía argentina–, sino también a muchas industrias que dependen de piezas e insumos importados para poder operar con normalidad.