La aceitera Vicentin, que en diciembre pasado cerró sus plantas de molienda y aludió a una situación de estrés financiero para dejar de pagar deudas acumuladas por unos .1300 millones de dólares, finalmente solicitó este lunes la apertura de su concurso preventivo ante el Juzgado de Primera Instancia Distrito 4 en lo Civil y Comercial de Reconquista, la ciudad del norte santafesino donde comenzó a construirse hace 90 años este emporio agroindustrial que ahora corre peligro.
La compañía, tras hacer el anuncio que había desmentido apenas hace cuatro días, aclaró que a pesar de su pedido de concurso, “reitera que perseguirá sin descanso, aún en este contexto, sus objetivos prioritarios de defender sus fuentes de trabajo, rehabilitar su operatoria industrial y comercial y concretar una restructuración de sus pasivos en condiciones y términos que sean mutuamente fructíferos para acreedores y para la empresa”.
“Insistimos que no se abandonarán los pasos ya dados para alcanzar la culminación del plan de acción delineado en el comunicado del 5 de febrero de 2020, a cuyo fin Vicentín se propone continuar trabajando con sus proveedores y productores granarios sobre la base de las condiciones ya planteadas”, indicó un comunicado de la empresa, que ha lanzado hace un par de semanas una propuesta a los productores, acopios, corredores y cooperativas que le entregaron granos y no llegaron a cobrarlos. Esta deuda comercial con el sector agrícola se estima en unos 450 millones de dólares.
Al anunciar su propio concurso -que se anticipa a lo que puedan resolver otras instancias judiciales a pedido de algunos acreedores de la compañía que no aceptan avanzar en un acuerdo extrajudicial-, Vicentín también informó que “seguirá manteniendo las conversaciones avanzadas con el Banco de la Nación Argentina y demás Instituciones oficiales (como los bancos provinciales) y con el resto de las Instituciones financieras, todo ello con el objeto de llegar a un acuerdo general apoyado en un plan de negocios sustentable sobre esas bases y en el marco de este nuevo contexto”.
“A nuestro personal le agradecemos la comprensión demostrada hasta el presente y le anticipamos que el camino adoptado permitirá su retorno al trabajo más rápidamente”, añadió el comunicado, sin dar precisiones sobre los plazos de reapertura de las plantas.
Finalmente la aceitera de Avellaneda y Reconquista, en el norte santafesino, que es una de las tres grandes de capitales nacionales que sobreviven en el mercado, junto a AGD y Molino Río de la Plata, suplicó: “Confiamos contar con el apoyo y la comprensión de todos nuestros proveedores y clientes, de las autoridades y de las entidades financieras, locales e internacionales, para poder atravesar exitosamente esta dificil coyuntura y recuperar la dinámica de trabajo, producción y bienestar para todas las comunidades con las cuales interactuamos en nuestros 90 años de trayectoria empresaria”.